Dictaduras siglo XXI Parte III. China

Para algunos analistas políticos, China siempre ha sido una dictadura, pero para los fines de este análisis, nos ocupáremos únicamente del periodo comunista que inicia con la toma del poder por el ejército Rojo de Mao Zedong, en 1949; la instauración del régimen comunista de Partido Único; y sistema económico dirigido por el Estado, lo cual supuso la supresión de todas las libertades, la imposición de la ideología marxista en todos los ámbitos de la vida de ese inmenso país caracterizado por su enorme densidad de población, con miseria alimentaria, pobreza extrema y deficiencias educativas en la mayoría de la población.
Para los nacidos después de 1980, este panorama puede ser increíble, dada la creciente importancia mundial de China que, a partir de los años de 1980 en adelante, dio un salto impresionante como potencia económica mundial, hasta el momento actual en que aparece como la segunda potencia económica.
En los años del gobierno dictatorial de Mao Zedong, se llevó a cabo la revolución cultural, que costo millones de vidas, mientras se imponía la visión ideológica del líder. Entonces, la biblia china era el “Libro rojo” de Mao.
También China tuvo diferencias ideológicas con la Unión Soviética, al grado que llego a distanciarse de los seguidores del Comintern Soviético, llegando este gigante oriental a adoptar una visión propia -el maoísmo- que ha persistido hasta la fecha.
A consecuencia de los planes agrícolas e industriales, que siguieron a la implantación de la República Popular de China, se calcula que murieron entre 30 y 50 millones de personas, sin que se pueda precisar cuantos más murieron durante la gran hambruna que se produjo mientras se implantaba el comunismo a lo largo y ancho del país.
Tras la muerte de Mao, en 1976, la dictadura del Partido Comunista Chino ha continuado hasta el presente, pero cambió su enfoque hacia el crecimiento económico.
A partir de 1978, el nuevo líder del partido comunista Deng Xiaoping, impulsó el programa “Reforma y apertura”, que permitió llegar a una nueva constitución, en 1982, en la que se planteó la apertura a la inversión extranjera, y un salto en la educación muy importante, con lo que inició el despegue de China hacia la industrialización, la manufactura de múltiples productos, la generación de empleos, lo cual que permitió sacar de la pobreza a más de 500 millones de personas, sin que por esto disminuyera el control estricto del Partido Comunista Chino y la dictadura, cuya mejor evocación es la matanza de la Plaza de Tiananmen, en 1989, cuando hubo protestas nacionales e internacionales que en nada afectaron al gobierno chino.
La teoría de “Socialismo con características chinas” de Deng Xiaoping, está escrita en la constitución de 1999, donde también se alude a los derechos humanos, libertad de expresión, libertad religiosa, etc., que en la práctica son letra muerta.
Los últimos presidentes de la República Popular China, en el siglo actual son: Jiang Zemin, que gobernó de 1993 a 2003; Hu Jintao, los siguientes 10 años; y, actualmente, Xi Jinping, que ya completó 10 años, y que ha hecho cambios a las leyes para perpetuarse en el poder.
Xi Jinping, es considerado dictador por muchos de los defensores de derechos humanos, desde la ONU, hasta los colectivos europeos y americanos que denuncian violación de estos mismos, por parte del gobierno, especialmente Human Rights Watch, y Amnistía internacional, que han denunciado un aumento en la censura, la detención arbitraria de activistas y el culto a la personalidad semejante a los tiempos de Mao Zedong.
Renglón aparte merece la represión de los católicos chinos fieles al papado de Francisco, y la existencia de “Obispos” pertenecientes a la Asociación Católica Patriótica, invento del gobierno chino en un intento por controlar a los más de 10 millones de fieles católicos; para construir una “iglesia nacionalista” que prescinda de la autoridad del Santo Padre.
Finalmente, señalaremos que a la falta de libertades de todo tipo se agrega el patriarcado del gobierno sobre los grandes capitales chinos, que se generaron a partir de la apertura y que son utilizados por la dictadura para promover la colonización de países cuya urgencia de recursos para impulsar el desarrollo, los hace caer en las manos de la dictadura china, cuyo motor, desde 1949, es el Partido Comunista, Chino, hoy en las manos de Xi Jinping, el dictador en turno.
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