La esclavitud actual se disfraza de civilización

A lo largo de la historia del hombre han existido diversas cosmologías, -conjunto de conocimientos, cultura, artes, creencias, ciencias, tecnologías, ideas, pensamientos, acciones, costumbres, y visiones-, que han inspirado y generado distintas civilizaciones humanas. Algunas civilizaciones han impulsado el verdadero progreso del hombre, en tanto que otras han ocasionado un indudable retroceso para la humanidad.
Para juzgar a una civilización es necesario fijar un criterio universal y atemporal: lo que le hace bien al hombre, y lo que le hace mal.
La sociedad occidental está entrando de lleno en una nueva era de materialismo, paganismo y ateísmo práctico, fuertemente anclado en un relativismo a ultranza, donde no hay absolutos (ni verdad, ni bien según esta filosofía) porque “todo es relativo”, – excepto la aberración relativista que, esa sí, dicen, es verdad absoluta-, y ha sido nutrida por los vicios cardinales del egoísmo, envidia, codicia, soberbia, lujuria, y avaricia con varios flancos de decadencia social.
Estas filosofías de vida han derivado en dos grandes vertientes o tipos de esclavitud.
A) La esclavitud generada por el liberalismo económico sin moral
En esta vertiente, las conductas predominantes, recompensadas por el “éxito económico, político y social” y aplaudidas por vastos sectores de la sociedad, -en ocasiones por esferas reputadas como “cristianas”-, están caracterizadas por una sed insaciable de dinero, de placer, y de poder sin límites morales.
Una forma de ingresar a la élite dominante de esta corriente es embarcarse en negocios sucios que dejan cuantiosas fortunas en poco tiempo y con poco esfuerzo: la trata de blancas, la pornografía, la corrupción política e industrial, el narcotráfico, el cobro de piso, el robo, el crimen organizado, el secuestro, y el tráfico de órganos, entre otros.
Otra forma de operar es a través de empresas, en ocasiones acreditadas como legales, que obtienen y retienen cuantiosas ganancias mientras explotan al trabajador con salarios injustos y de miseria, abusando de su poder. Algunas de ellas se enriquecen destruyendo la Casa Común de manera irreversible.
El dios de esta decadente colectividad es el dinero, que compra todo, pasando muchas veces por encima de los derechos de otras personas y de la salud del planeta.
Esto ha ocasionado situaciones de injusticia, inequidad y desigualdad económica y social en donde pocas personas tienen mucho, y muchas personas carecen de lo necesario para una vida digna. Cada vez son más los que engrosan las inmensas filas de personas “descartadas” que viven en la miseria, indignidad y raquitismo; los que emigran para subsistir, dejando todo por una anémica esperanza de superación; los llamados “sin casa” que invaden espacios públicos esperando vivir de las migajas que caen de las mesas de los más favorecidos. Estos fenómenos se dan no solo en América Latina sino inclusive en muchas ciudades del primer mundo.
Los auténticos valores humanos y los límites morales han quedado fuera del contexto social, empresarial, económico, cívico y político de los que defienden esta conducta.
El mismo Dios, creador y legislador supremo de todo lo que existe, ha sido expulsado de estos ambientes, al grado que su sola mención, en muchos casos, es objeto de agresivas disputas para acabar de expulsarlo.
B) La esclavitud generada por el socialismo o comunismo totalitario
En esta vertiente, los regímenes socialistas y comunistas se erigen en estados totalitarios al amparo de dictaduras militares que protegen sus intereses.
El socialismo se puede imponer por dos vías.
La primera vía es por la mentira y el engaño, manipulando el juego de la “democracia” establecida en un país.
En América Latina las injusticias sociales, uno de los frutos podridos del liberalismo económico sin límites morales, han generado miseria y dolor en vastas regiones, produciendo comunidades muy lastimadas, lo que ha abonado el terreno para que muchos caigan en la trampa “democrática” de la estafa del socialismo totalitario. Esta elite de embusteros son los nuevos falsos profetas que prometen falazmente la redención de los oprimidos.
Están organizados en sociedades secretas para ocultar sus verdaderas intenciones y sorprender al mundo con sus perversas estrategias y acciones. Dicen una cosa y hacen otra, obrando como auténticos “hijos del padre de la mentira y del engaño”.
Uno de los documentos fundamentales que ayuda a entender la maldad de estas sociedades secretas es la Encíclica Humanun Genus del Papa Leon XIII del año 1884, que emitió una condena contra ellas por haber emprendido una guerra despiadada en contra de la Iglesia y del Orden Social Cristiano para establecer un “Nuevo Orden”. Su personalidad e intenciones se conocieron tan pronto como comenzó a salir de las tinieblas su oculta conjuración, junto con una serie de manifiestos, la publicación de sus leyes y ritos, el testimonio personal de muchos masones, socialistas y comunistas que evidenciaron su naturaleza y sus verdaderos propósitos. Por sus frutos los conocemos.
Los nuevos protagonistas del socialismo/comunismo copian las maniobras que han dado resultado en Cuba, Venezuela y Nicaragua para aplicarla en otros países de América Latina. En México fundan el partido MORENA como estrategia toral para “jugar” a la democracia.
Muchos mexicanos de buena voluntad se extrañan sobre manera y no se explican de dónde provienen las bizarras, incoherentes, absurdas, irracionales, ilógicas y desatinadas ideas, iniciativas de leyes y acciones de gobierno propuestas por Morena.
Las tácticas cardinales de Morena –concebidas y ejecutadas desde el secreto propio de su sectaria oscuridad-, son:
- Destruir el Orden Social Cristiano, las instituciones, la libre empresa, la economía y los cuerpos intermedios para debilitar los lazos que unen a la sociedad.
- Emitir leyes, cambiar la constitución y crear organismos capaces de demoler los pilares de la sociedad.
- Desmantelar la educación privada para implantar, junto con la educación controlada por el estado, las bases del socialismo en la mente de las nuevas generaciones.
- Promover la dependencia de los ciudadanos al gobierno a través de “dádivas o limosnas” con las que pretenden comprar votos útiles, empezando por los jóvenes y los ancianos.
- Ideologizar a una plataforma de fieles seguidores para polarizar y sembrar el odio y la división en múltiples flancos: pobres vs ricos; trabajadores vs empresarios; mujeres vs hombres; LGTB vs todos los demás; ideología de genero vs todos los demás; abortistas vs todos los demás; a favor de la 4T vs en contra; etc.
- Tener el control total de los Medios de Comunicación Social y de la opinión pública con la ayuda del dios dinero y de la amenaza y exterminio de opositores.
- Establecer alianzas con los poderes fácticos que hacen uso de las armas y de la fuerza, -legal o ilegal-, para proteger y ejecutar sus secretos planes e intereses: por un lado, compran la voluntad de algunas autoridades del Ejercito por la corrupción directa, o por la gestión de gigantescas empresas que los convierten en los nuevos millonarios; por otro, pactan con el narcotráfico, adquiriendo así múltiples sicarios a su servicio.
El objetivo es hacerse del poder total de manera permanente, a toda costa.
La segunda vía es por la guerra, la violencia y el terrorismo. Esta estrategia fue ampliamente usada en la versión del comunismo ruso del siglo XX, pero ha sido reemplazada en el siglo XXI por la estrategia de la manipulación del voto, pues piensan que llegar al poder por la vía “democrática“ les da “legalidad” a nivel nacional e internacional.
La estructura del gobierno socialista tiene dos componentes:
- El estado totalitario materialista, ateo, dictatorial, autoritario que concentra todo el poder económico, político, judicial, laboral, financiero, legal, militar, y policial erigido en un estado socialista, o comunista, -que para fines prácticos es lo mismo-.
- La cuantiosa “masa” de esclavos, que son todas las demás personas que no pertenecen al poder del estado. Estas personas han sido despojadas de sus casas, trabajos, empresas y oficios, de manera que no tienen ingresos propios, por lo que dependen absolutamente del estado totalitario en todas las esferas: salud, alimentación, vivienda, transporte. El estado controla sus mentes a través de la “educación socialista y comunista”, que no es otra cosa que un adoctrinamiento ideológico diseñado para despersonalizar, intimidar, acobardar, amilanar y manipular a las personas, convirtiéndolas en “masa”, en una presa fácil de dominar.
La Civilización del Amor
Hasta aquí el panorama de dos civilizaciones que esclavizan a la persona humana y que se están dando en la actualidad en Occidente. El lector coincidirá en que ninguna de estas dos vertientes representa el modelo a seguir de una civilización deseable.
Pero: ¿puede existir una mejor civilización en donde se busque el bien de la persona humana, el Bien Común, y en donde quepan todos los seres humanos de buena voluntad?
Es tiempo de empezar a hablar de la Civilización del Amor.
____________________________________
- “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia”. Pontificio Consejo Justicia y Paz. Papa Juan Pablo II, 2004. Buena Prensa
- “Christus Vivit”. Exhortación Apostólica Postsinodal del Papa Francisco, 2019. Buena Prensa
- “Fratelli Tutti”. Carta Encíclica del Papa Francisco. 2020. Buena Prensa