La moneda común de los BRICS

El érmino «BRICS+» se utiliza para referirse a una ampliación del grupo original BRICS, que estaba compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El concepto de BRICS+ se ha utilizado en diferentes contextos para incluir a otros países en asociación o colaboración con el grupo principal de BRICS. Los países que se mencionan ocasionalmente como posibles miembros de BRICS+ son Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Argentina, Arabia Saudita, Corea del Sur, Indonesia, México, Nigeria, Turquía y otras economías emergentes con un peso significativo en la economía global. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inclusión de estos países en BRICS+ puede variar dependiendo del contexto y la interpretación utilizada.
La creación de una moneda común por parte de los países BRICS+ para el comercio y la inversión internacional ha sido un tema de debate en los últimos años. Con la reunión de los BRICS+ del 22 de agosto 2023 en Sudáfrica, Los BRICS, junto con otros países invitados, están buscando alternativas al dominio del dólar estadounidense en las transacciones internacionales. En este artículo, exploraremos el desafío que representa esta iniciativa en el contexto político y económico de los diversos bloques de países de Latinoamérica, así como las posibles respuestas de Estados Unidos y la Comunidad Europea. Analizaremos las implicaciones y las perspectivas de esta propuesta, los obstáculos que deben superarse y las alternativas de acción que podrían considerarse.
Perspectivas de una moneda común de los BRICS+:
La creación de una moneda común de los BRICS+ tiene el potencial de ofrecer diversas perspectivas en el ámbito político y económico. En primer lugar, reduciría la dependencia del dólar estadounidense y del euro europeo, permitiendo a los países de los BRICS+ ejercer un mayor control sobre sus políticas monetarias y aumentar su autonomía financiera.
Esto a su vez fortalecería su capacidad para tomar decisiones independientes y protegerse de las fluctuaciones económicas globales.
Además, una moneda común de los BRICS+ podría promover una mayor integración económica y comercial entre los países miembros, facilitando el comercio y la inversión interregional. Esto podría estimular el crecimiento económico y fortalecer los lazos políticos entre los países miembros.
Obstáculos y desafíos:
La creación de una moneda común de los BRICS+ también enfrenta obstáculos y desafíos significativos. En primer lugar, los países involucrados tienen diferencias políticas, ideológicas y económicas, lo que dificulta la alineación de intereses y la adopción de políticas monetarias comunes.
Superar estas diferencias requerirá un compromiso político sólido y una voluntad de cooperación entre los países de los BRICS+.
Además, la creación de una moneda común de los BRICS+ podría generar reacciones geopolíticas y económicas de otros actores internacionales, en particular de Estados Unidos y la Comunidad Europea. Estas potencias podrían considerar esta iniciativa como una amenaza a su influencia y poder económico. Como resultado, podrían tomar medidas para proteger sus propios intereses y contrarrestar cualquier impacto negativo en sus respectivas monedas y economías.
Alternativas de acción:
Para superar los desafíos mencionados anteriormente, existen alternativas de acción que podrían considerarse. En primer lugar, es fundamental fortalecer la cooperación política y económica entre los países de Latinoamérica. Los bloques regionales, como el Mercosur, la Comunidad Andina y la Alianza del Pacífico, podrían promover el diálogo y la resolución de diferencias, buscando una postura común en torno a la creación de una moneda común de los BRICS+.
Se debe fortalecer la cooperación política y económica entre los países de Latinoamérica, promoviendo el diálogo y la resolución de diferencias. Esto implicaría la creación de mecanismos institucionales más sólidos y el fomento de la confianza mutua.
Además, los países de Latinoamérica podrían explorar iniciativas de integración financiera más estrechas, como la ampliación del uso de sus propias monedas en el comercio y la inversión bilaterales y multilaterales. Esto ayudaría a reducir la dependencia del dólar y del euro, fomentando la cooperación monetaria y financiera entre los países latinoamericanos.
Otra alternativa sería la creación de un sistema de pagos y liquidación en moneda local, similar al Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) utilizado actualmente por algunos países BRICS. Esto facilitaría el comercio directo en monedas locales, reduciendo la necesidad de conversiones y transacciones en dólares.
Respuestas de Estados Unidos y la Comunidad Europea:
La creación de una moneda común de los BRICS+ plantea un desafío directo al dominio del dólar estadounidense y del euro europeo. En respuesta, Estados Unidos y la Comunidad Europea podrían adoptar diferentes posturas y acciones para salvaguardar sus intereses económicos y geopolíticos.
Estados Unidos, como emisor de la moneda de reserva global, podría tomar medidas para proteger la posición del dólar. Podría intensificar su política de sanciones económicas y financieras contra los países de los BRICS+ para desalentar la adopción de una moneda común. Además, podría buscar fortalecer alianzas económicas y políticas con otros países para contrarrestar cualquier desafío potencial.
Por su parte, la Comunidad Europea podría enfrentar implicaciones significativas debido a la creación de una moneda común de los BRICS+. La adopción de una moneda común podría reducir la demanda del euro en las transacciones internacionales, lo que afectaría su posición como moneda de reserva global. En respuesta, la Comunidad Europea podría fortalecer la cooperación con los países latinoamericanos y promover medidas para mantener la confianza en el euro, diversificando las fuentes de demanda dentro de la propia comunidad. De hecho, la UE anunció el 17 de julio 2023, la inversión de 50 mil 560 millones en América Latina, en el primer día de la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Bruselas, a través del programa Global Gateway, como una forma de frenar la influencia que ha alcanzado China en Latinoamérica.
Conclusión:
La creación de una moneda común de los BRICS+ en contraposición al dólar y al euro plantea desafíos y oportunidades tanto en el contexto político como en el económico. Los países de Latinoamérica deben considerar cuidadosamente las perspectivas y obstáculos de esta iniciativa, así como las posibles respuestas de Estados Unidos y la Comunidad Europea. Para avanzar en esta dirección, se requiere una mayor cooperación política y económica en la región, así como alternativas de acción como la integración financiera más estrecha y el fortalecimiento de los lazos comerciales intrarregionales. El panorama económico y geopolítico global está en constante evolución y será interesante observar cómo se desarrolla esta dinámica en los próximos años.
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