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Dos tercios de la población mundial bajo persecución religiosa

por | Derechos Humanos, Religión

Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional, una agrupación dedicada a apoyar a los católicos víctimas de persecuciones en todo el mundo, publicó su informe anual 2021 en el cual recoge ampliamente los hechos y acciones que desde diversas perspectivas conforman la persecución religiosa en el Siglo XXI.

A pesar de que la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU y de los diversos pactos e instituciones donde se proclama la libertad religiosa como parte de esos derechos, este fenómeno no ha disminuido, por lo que la libertad religiosa se vulnera prácticamente en un tercio de los países del mundo (31,6%) en el cual viven dos tercios de la población mundial, indica el informe de ACN internacional.

Existen también acciones positivas a favor de la libertad religiosa, como son la resolución de las Naciones Unidas del 28 de mayo de 2019 y del «Llamamiento mundial para proteger la libertad religiosa» del 23 de septiembre de 2019 (el primer acto en la historia de las Naciones Unidas sobre libertad religiosa organizado por un presidente de Estados Unidos), la Alianza para la Libertad Religiosa Internacional lanzada por Estados Unidos, la creación de una Secretaría de Estado para la Persecución Cristiana en Hungría y el creciente número de naciones que instituyen o reactivan embajadores para la Libertad de Religión y Creencias en países como Dinamarca, Países Bajos, Estados Unidos, Noruega, Finlandia, Polonia, Alemania y el Reino Unido entre otros.

Se destaca el diálogo interreligioso impulsado desde el Vaticano. El Papa Francisco ha firmado la declaración sobre la «fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común» con grupos musulmanes.

Sin embargo, el informe considera que la respuesta internacional para enfrentar la violencia antirreligiosa es escasa y ha llegado demasiado tarde, y señalan que los cristianos son los más perseguidos. Entre esas acciones se encuentra la intolerancia, la discriminación y la persecución abierta. Se trata de un fenómeno mundial creciente.

El informe señala que en “62 países de los 196 existentes afrontan violaciones muy graves de esta libertad». El número de personas que vive en estos países se acerca a los 5 mil 200 millones, ya que entre los países que más vulneran la libertad religiosa se encuentran algunas de las naciones más pobladas del mundo (China, la India, Pakistán, Bangladés y Nigeria).

En 26 países donde existe persecución abierta viven 3 mil 900 millones de personas, lo que representa el 51 por ciento de la población mundial; se trata de 12 países africanos y 2 naciones investigadas por posible genocidio: China y Myanmar (Birmania).

Sin embargo, en el entorno internacional, particularmente en lo que se refiere a las relaciones económicas, este tema no es tomado en cuenta cuando se considera el peso de China en la geopolítica actual y ante el ascenso de su influencia. Destaca la forma como en este país se utilizan las tecnologías de vigilancia represiva contra los grupos religiosos. Existen 626 millones de cámaras de vigilancia con inteligencia artificial, escáneres de teléfonos inteligentes en puntos clave de control de peatones, con referencias cruzadas por plataformas analíticas, junto a un sistema social de crédito, que garantizan que representantes y fieles religiosos se adhieran a los decretos del Partido Comunista Chino. Esa política también afecta a los musulmanes.

El informe establece una segunda clasificación: la discriminación. Forman parte de este grupo 36 estados en los cuales viven mil 240 millones de personas. Sin embargo, hay contrastes que indican que en 9 de estos países hay ligeras mejoras, mientras que en otros 20 la situación está empeorando.

En una tercera clasificación denominada de “observación”, ubican a países en los que recientemente han aparecido factores que preocupan porque podrían afectar negativamente a la libertad de religión.

En todas las clasificaciones señalan la existencia de delitos de odio, tanto en relación a las personas como a la propiedad de los grupos religiosos.

Además, el informe dice que en los países no clasificados no significa que exista un respeto total de este derecho.

Como actores de las persecuciones se señalan: a las redes yihadistas que están en expansión, un “ciber-califato” de alcance mundial que realiza reclutamiento y radicaliza las redes y a los gobiernos autoritarios influidos por un nacionalismo étnico-religioso en donde hay mayoría hindú y budistas en Asia. En esos lugares se convierte a los cristianos en ciudadanos de segunda clase, y se utiliza la violencia sexual y el secuestro de niñas y mujeres como una forma de persecución.

Un fenómeno nuevo es la acción contra minorías religiosas, a quienes se culpa de la pandemia de la COVID-19, y se les niega acceso a la alimentación y a la asistencia médica.

Otro de los elementos que están favoreciendo la radicalización y la disminución de la libertad religiosa se encuentra en la eliminación de las clases de formación religiosa; las que permiten un mejor entendimiento de las mismas.

Éste es, apenas, una breve reseña del informe que se puede conocer en https://acninternational.org/es/.

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