Congruencia y servicio: vocación docente

Con frecuencia escuchamos frases como: “en la escuela se aprenden las ciencias y en casa los valores” y, de alguna manera, los papás se lavan las manos en la enseñanza técnica-científica de los hijos; y los maestros se lavan las manos para transmitir los valores y buenas prácticas de convivencia en la sociedad, limitándose a la pedagogía; o: “el hogar es la primera escuela y la escuela es el segundo hogar”, sobre ello el Papa Francisco amplía el concepto al señalar que el hogar es también el primer hospital y asilo, para acoger a nuestros ancianos.
Por tal razón la labor del docente debe ser con este esfuerzo doble, de congruencia y servicio; en este mes que celebramos a nuestros maestros y recordamos con alegría o pena a nuestros maestros de la infancia es una buena oportunidad primero para agradecer las enseñanzas buenas y malas, los regaños y los reconocimientos, las buenas y malas calificaciones porque a fin de cuentas de todo ello aprendimos y nos ayudó a crecer y formar el carácter.
De ahí la importancia y trascendencia de la vocación docente, tiene en sus manos el poder de formar buenas personas igual o mejor de serviciales y congruentes, comprometidas con la sociedad; como lo han sido grandes maestros en la historia siendo congruentes con su pensar y actuar y que pueden ser buenos ejemplos a seguir:
Pedro De Gante, fundó la escuela de San José de Belén de los Naturales, junto al convento de San Francisco. Esta institución estaba dedicada a instruir, particularmente, a los hijos de la nobleza local. En ella adoptará un método de internado similar al empleado por los antiguos mexicas, con el propósito de suministrar educación religiosa y crear al mismo tiempo un grupo misionero que reprodujera y difundiera la religión con capacidad de predicar en las distintas lenguas de las culturas de Mesoamérica. En sus palabras:
«He escogido unos cincuenta (niños) de los más avisados, y cada semana les enseño a uno por uno lo que toca decir o predicar la domínica siguiente; lo cual no me es corto trabajo, atento día y noche a este negocio para componerles y concordarles sus sermones».
Su dedicación fue completa: «En el día enseño a leer, escribir y cantar; en la noche, doctrina cristiana y sermones»
Vasco de Quiroga; fundador del colegio de San Nicolás hoy UMSNH quien con amor y paciencia formó, educó y evangelizó a los pueblos de la Zona lacustre en Michoacán, parte de su labor pastoral comprendió también un Catecismo, dirigido a los indígenas, con sugerencias prácticas para su vida cristiana, en medio de su familia y trabajo, así como en su participación social a través de los pueblos-hospitales que también fundó procuró el bien integral de la persona y de la comunidad, lo mismo que su salvación; se enseñaban oficios y menesteres, educación y el mejor modo de hacer el cultivo del campo, se fomentaba la cultura, el arte y se instruía en política.
José Antonio Plancarte y Labastida, fundó el “Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe”, llamado posteriormente: “Purísima Concepción”, y luego, en 1873, abrió el colegio de San Luis. En 1876, estableció una escuela gratuita para jóvenes y un año después obtuvo de Propaganda FIDE el título y los privilegios de un Misionero Apostólico. Fundó la Congregación de religiosas Hijas de María Inmaculada de Guadalupe hoy colegios Plancarte.
Juan Bautista de La Salle, organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Fundó la Sociedad de las Escuelas Cristianas, actualmente Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, el primer instituto religioso católico masculino de carácter exclusivamente laico.
Fue declarado Santo en 1900, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación. Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer.
San Juan Bosco, maestro y amigo de los jóvenes, fundó la Congregación Salesiana, la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano, el Oratorio Salesiano y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Promovió la Asociación de Exalumnos Salesianos, el desarrollo de un sistema pedagógico moderno conocido como sistema preventivo para la formación de los niños y jóvenes, y la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada.
José Vasconcelos, Fue nombrado primer Secretario de Educación Pública del país y rector de la Universidad Nacional condecorado como Doctor Honoris Causa por la misma institución y por las de Chile, Guatemala y otras latinoamericanas; se enfocó en difundir la cultural en el país, con programas de instrucción popular, escuelas rurales, edición de libros y promoción del arte y la cultura.
Ignacio Manuel Altamirano, se dedicó a la docencia, trabajando como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Escuela Superior de Comercio y Administración y en la Escuela Nacional de Maestros; también trabajó en la prensa. diputado en el Congreso de la Unión en tres períodos, durante los cuales abogó por la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria.
Anacleto González Flores (el maistro). González Flores fue un autentico formador de almas, forjado en dos niveles la Inteligencia y la voluntad. Quería que los suyos tuviesen temple de héroes, por eso atraía en torno así a lo mejor de la juventud jalisciense, la alegría juvenil del “maistro” se volvía contagiosa mientras trataban temas de cultura, formación espiritual, historia, etc. Como Sócrates coincidían con el gran ideal de su vida la presencia de buenos maestros para la juventud. En este sentido Sócrates y Anacleto tienen mucho parecido, ninguno de los dos pierde jamás el contacto con el pueblo y nunca se vio en ninguno de ellos alguna acción contraria a leyes humanas o divinas.
Para formar a las nuevas generaciones y forjar su espíritu son necesarios maestros, verdaderos maestros, no maestros farsantes; precisamente decía Anacleto González Flores: “estamos cansados de consagraciones estériles… es tiempo de que la presente generación arroje a esos maestros farsantes al estiércol, que es a donde esos mismos maestros han arrojado a la juventud…”
Otro modelo de buen maestro es Sócrates, su reflexión se centró en el ser humano, particularmente en la ética, y sus ideas pasaron a los dos grandes pilares sobre los que se asienta la historia de la filosofía occidental: Platón, que fue discípulo directo suyo, y Aristóteles, que lo fue a su vez de Platón. El primer paso para llegar a la sabiduría es saber que no se sabe nada, o, dicho de otro modo, tomar conciencia de nuestro desconocimiento. Una vez admitida la propia ignorancia, comenzaba la mayéutica propiamente dicha: por medio del diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates iba conduciendo a sus interlocutores al descubrimiento de una respuesta precisa a la cuestión planteada, de modo tan sutil que la verdad parecía surgir de su mismo interior, como un descubrimiento propio.
Termino con una fracción de la carta al maestro desconocido de William Ospina:
Es el maestro el que tiene el deber y la posibilidad de salvar a la sociedad. Pero ¿quién es el maestro? No necesariamente alguien que tiene esa profesión y a quien se le paga por enseñar: yo creo que en todos nosotros tiene que haber un maestro, así como en todos tiene que haber un alumno. Es tanto lo que hay por aprender que nadie puede darse el lujo de ser solamente el que enseña y nadie puede darse el lujo de ser solamente el que aprende. Estamos en tiempos difíciles, estamos en tiempos sombríos, por eso tampoco podemos darnos el lujo de pensar que sólo hay unos sitios especializados llamados escuelas donde se enseña y se aprende.
Felicidades, Maestro.
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