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La economía hacia el 2022

por | Economía

 

En el período colonial la Nueva España vivió momentos de incremento en los precios, procesos inflacionarios recurrentes, que en los años cercanos a la independencia fueron un factor que incidió en el proceso revolucionario: “…de 1779 a 1810. Durante ese periodo los precios no dejan de subir y además, se mantienen en un nivel elevado. El alza continua y tres crisis: las de 1781, 1786 y 1810, las dos últimas resentidas en toda la extensión del reino, proporcionarán a los grandes propietarios los más altos beneficios del siglo. Si entre 1721 y 1778 el precio medio de la fanega de maíz no llegó a 13 reales, entre 1779 y 1810 fue de 20… Las condiciones para una explosión revolucionaria estaban dadas. En septiembre de 1810, después de 30 años de alza continua de los precios, justo cuando otra ola de precios llega a su cúspide, Hidalgo inicia la revolución que 10 años más tarde hará de la Nueva España un país independiente”. [1]

Inflación y perspectiva económica.

Una de las preocupaciones de la economía en México es el proceso inflacionario ocasionado por los efectos de la pandemia, así como de un movimiento internacional de alza de precios, el futuro económico de nuestro país hacia el 2022 se ve fuertemente condicionado por dicho fenómeno.

Así como en el periodo colonial, quienes se ven más afectados por el alza en los precios son las clases populares, de acuerdo al Banco de México el nivel general alcanzó los 7.35%, pero la canasta básica ha tenido incrementos superiores al 8%. [2]

Nos enfrentamos a tres problemas que juntos hacen prever un año muy difícil para las familias.

El primero, la inflación, ya está en el escenario y afecta directamente al bolsillo de todos, especialmente de las familias de bajos recursos. El riesgo mayor es que, pensando que es un fenómeno transitorio, no se tomen las medidas correctas y entremos a una espiral que a cada paso tome fuerza. Después de ver las políticas de expansión monetaria en el mundo, ingenuo era pensar que no tendrían, más temprano que tarde, efecto en los niveles de precios.

El segundo, los bajos niveles de inversión de los últimos meses y años que nos advierten, inevitablemente, que la sostenibilidad del crecimiento no es viable. Si bien nos va, estaremos recuperando los niveles de actividad productiva que tuvimos en el 2018 en el 2023.

El tercero, son los golpes a la confianza y los atentados a la libre empresa, bajo el pretexto de que es necesario el tránsito a la economía mixta; bajo el argumento de que el gobierno puede y sabe hacer mejor las cosas. Cuántas veces no hemos oído como gran logro que en tal o cual proyecto no intervenga la iniciativa privada. Al final, ya sabemos las consecuencias, un Estado que quiere controlarlo todo. Un Estado fiscalizador; que pone límites a la libertad de expresión; que quiere meterse a la conciencia de los médicos y hasta decirnos que debemos y que no debemos comer.

El Banco de México observa con preocupación esta situación y prevé qué la inercia inflacionaria prevalecerá durante 2022 y se lograrán niveles cercanos al 3% hasta el 2023.  La inflación es un fenómeno que distorsiona y afecta significativamente el desempeño económico de un país, en la perspectiva futura de la economía este será un factor a seguir con mucho cuidado.

Por otra parte, la pandemia de covid-19 sigue siendo un factor de riesgo para el crecimiento económico hacia el 2022. Omikron la nueva variante, sacudió los mercados accionarios y generó pérdidas en los precios de materias primas.

El escenario de riesgos para la economía global sigue siendo preocupante por los elevados costos logísticos de energías materias primas y cadenas de suministro. El Fondo Monetario Internacional redujo el estimado de crecimiento del producto interno bruto del mundo para 2022 de un punto porcentual dejándolo en 4.9. En México el impacto pone en duda lograr el 4.1% programado por Hacienda y las principales proyecciones lo ubican entre 2.5 y 3% para el 2022.

La perspectiva para el crecimiento económico no es alentadora, durante el tercer trimestre del 2021 la actividad económica frenó su recuperación con desempeños heterogéneos en sus distintos sectores, provocado en buena medida por el recrudecimiento de la pandemia y las dificultades en las cadenas de suministro.  Evento qué impacta también en el aumento de precios.[3]

A pesar de ello el escenario presenta oportunidades para algunos sectores como el exportador que puede engancharse a la economía norteamericana o en la atracción de inversión por nuestra posición geográfica. Las empresas podrán aprovechar algunas opciones:

  • La economía global mantendrá un crecimiento sostenido.
  • México seguirá siendo competitivo, por sus bajos costos.
  • El conflicto entre los Estados Unidos y China presenta opciones de inversión para nuestro país.
  • El cierre de algunas empresas amplía el mercado para las que sobreviven.
  • La estructura de costos se verá afectada por la inflación global y las tasas de interés.
  • El colapso de algunas cadenas productivas requiere ser compensado por nuevos proveedores.

Como dijimos esta realidad afecta principalmente a las personas de menores ingresos, de acuerdo a “México Cómo Vamos” la Pobreza laboral en nuestro país es mayor a las mediciones previas a la pandemia, en el primer trimestre de 2020 36.6% de los trabajadores en México eran pobres laboralmente, para tercer trimestre estos eran ya el 46% y para el tercer trimestre de 2021 se ubica en 40.7%, aún por encima las mediciones pre pandemia. 

Una persona con el salario mínimo actual puede costear entre 2.3 y 3.5 veces el valor de la canasta alimentaria, pero este dato, como dice “México Evalúa”, considera un hogar unipersonal cuándo en México los hogares se componen en promedio por 3.5 personas, Esta es la realidad que viven millones de personas en nuestro país. [4]

Deuda pública.

Ante esto la política del Gobierno Federal se ha centrado exclusivamente en la implementación de programas sociales mediante la transferencia de recursos, a pesar de ello el problema de la pobreza sigue incrementándose, pues dichas políticas de carácter meramente asistencial no llegan a quién realmente lo necesita, de acuerdo a México Evalúa en 2016 el 61% de los hogares más pobres recibían apoyos sociales, en 2020 únicamente el 35%.

Del lado de los estímulos fiscales para compensar los efectos de la pandemia entre 2020 y 2021 el gobierno federal tomó medidas fiscales equivalentes al 1.9% del PIB; el esfuerzo más pequeño entre las economías similares a la nuestra.

Esta medida limitada tiene un grave contraste, pues por un lado la deuda adicional no contratada pudo emplearse en acciones y programas para apoyar a las empresas y los negocios y disminuir el impacto tan profundo en el crecimiento económico.

Como contraparte ahora que tenemos una mejora en el desempeño económico, será indispensable que el gobierno aumente el financiamiento vía deuda para financiar su gasto, incluídos los programas asistenciales y las grandes obras que lleva a cabo.

Si bien el presupuesto del próximo año sitúa la deuda pública en torno al 51%, corresponde a un crecimiento previsto del 4.1%, lo que como hemos visto resulta improbable de lograr. La consecuencia será entonces mayor endeudamiento público.

 Economía y bien común.

Todo sistema económico está orientado a la consecución del bien común, esto es, contribuye a que todas las personas accedan a los mínimos necesarios de bienestar material para alcanzar los objetivos que personalmente consideran como buenos, para lograr esto se requieren de condiciones estructurales que permitan a todos contar con ese mínimo de acceso.

En este periodo de pandemia, muchos mexicanos se ven imposibilitados de conseguir ese piso, el crecimiento económico tan precario alcanzado en el 2021 hace muy complicado conseguir estas metas, en 2022 las cosas no parecen mejorar mucho, es indispensable promover intensamente cambios estructurales en nuestro sistema económico, los programas asistenciales del actual gobierno han demostrado su total fracaso.

 ¿Cuáles son entonces las condiciones que necesitamos para superar este problema crónico de nuestro país?  El bien común precisamente son el conjunto de esas condiciones necesarias para lograr el desarrollo de los individuos, señalamos algunas indispensables a la vista de los principios de la solidaridad, la subsidiaridad y la dignidad de la persona:

  1. Reducir las barreras a la competencia, un mercado abierto es la mejor respuesta para mejorar el desempeño económico.
  2. Fortalecer la eficiencia del sistema judicial, Las empresas requieren seguridad y certeza tanto en sus inversiones como de regulaciones adecuadas.
  3. Reducir la informalidad a través de simplificar sistemas fiscales y rediseñar el sistema impositivo.
  4. Desarrollar programas de apoyo social que apuesten por mejorar las capacidades de los individuos, acompañados de transferencias monetarias, con reglas de operación que identifiquen sin lugar a dudas a los beneficiarios que efectivamente requieren estos apoyos.

 Estos junto con otras medidas de política económica que mantengan el equilibrio fiscal e incentiven la competitividad de nuestro país son un elemento básico para que la economía contribuya efectivamente al bien común.

 

[1] ~EL ALZA DE PRECIOS Y LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO. Enrique Florescano.

[2] https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/default.aspx?nc=ca55_2018.

[3] https://www.banxico.org.mx/publicaciones-y-prensa/informes-trimestrales/%7BCBBD8C31-9CA6-885B-4C4F-5BAED9A4967E%7D.pdf

[4] https://mexicocomovamos.mx/publicaciones/2021/12/tercer-ano-de-gobierno-como-vamos/

Autor

  • Rafael Funes Díaz

    Licenciado en administración con especialidad en economía, colabora como coordinador de la unidad estado de México de la UVAQ. Es el facilitador para el Plan de gobierno abierto del Estado de México.