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Falsos derechos humanos de la ideología de género

por | Derechos Humanos

Hoy por hoy, el acento, en materia de Derechos Humanos, parece ponerse en los supuestos “derechos” que postula la ideología de género, dejando en un segundo plano verdaderos Derechos como el de conciencia, a migrar, a la seguridad social, a la de justicia, a la vida, y otros más.

La aparición de los Derechos Humanos en el siglo XX se suele fijar en la Declaración proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en París, el 10 de diciembre de 1948 (Resolución 217 A (III) (https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights). Pero como no todos los Estados la ratificaron en su totalidad y hubo reservas a varios de los estos derechos, jurídicamente quedó como un ideal, como una orientación, como algo a lo que se debía aspirar.

En efecto, Arabia Saudí, Bielorrusia, Checoslovaquia, Polonia, Sudáfrica, Ucrania, Unión Soviética y Yugoslavia no ratificaron en su inicio la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De los 58 países que integraban la Asamblea de la ONU, votaron a favor 48, y hubo las 8 abstenciones ya arriba señaladas. Fueron estas abstenciones, así como la falta de consenso sobre la obligatoriedad de que los Estados protegieran estos derechos, las que llevaron a considerarlos sólo como algo aspiracional. Y no fue sino hasta 30 años después, que se logró que esta declaración tuviese carácter obligatorio para los Estados firmantes (https://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_Universal_de_los_Derechos_Humanos#cite_note-Daedalus_2020-29).

Los países, donde la religión musulmana es preponderante, salvo el caso de Arabia Saudí, firmaron inicialmente la declaración, considerando que no afectaba sus creencias religiosas. Después se desdijeron, al juzgar, unos, que la declaración correspondía al pensamiento judeo-cristiano, y otros, que era producto del pensamiento occidental contrario al Islam, por lo que los Estados miembros de la Organización de Cooperación Islámica, que representa a la mayor parte del mundo musulmán, resolvieron, oficialmente, apoyar una nueva declaración: la Declaración de El Cairo sobre los Derechos Humanos en el Islam (Idem), donde se contemplan la mayor parte de los Derecho Humanos de la declaración del 10 de diciembre 1948.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, con el tiempo, fue adquiriendo fuerza jurídica y sirvió como base a posteriores declaraciones y documentos relativos a derechos sociales, por lo que algunos pensadores han llegado a hablar de diversas generaciones de Derechos Humanos. La primera generación es la de los derechos civiles y políticos; la segunda generación, la de los derechos económicos, sociales y culturales y, en la tercera generación, corresponde a grupos o colectividades que comparten intereses comunes, y a los que se añaden los derechos relativos al acceso a las tecnologías digitales.

Ciertamente que los Derechos Humanos, con el pasar del tiempo, fueron tomando corporeidad jurídica ante las diferentes circunstancias que se presentaron en la vida individual y colectiva. No obstante, la mayor vigencia jurídica de los Derechos Humanos básicos, hay quienes pretenden añadir supuestos “Derechos”, que no son tales: ni derechos ni humanos, sino el resultado de posturas ideológicas que postula la ideología de género. Mismos que busca imponer, con el apoyo de las instituciones internacionales que ha penetrado, a través de cooptar los aparatos legislativos y judiciales de las naciones, para que estos falsos derechos queden consagrados en las leyes y jurisprudencias; y se sancione, incluso con cárcel, a quien disienta.

Decimos, de la propuesta de “derechos humanos” de los militantes de la ideología de género, que no son derechos, porque corresponden a imposiciones arbitrarias, incluso tiránicas, en favor de una minoría que niega los derechos de las mayorías; y no son humanos, porque no parten de la realidad biológica de lo humano, sino de concepciones subjetivas y de un absoluto relativismo.

Esto es, no se basan en datos científicos, sino en sentimientos y autopercepciones. Por eso su permanente choque con la ciencia biológica, que les contradice continuamente.

Adicionalmente, su postura viola auténticos Derechos Humanos, como el derecho a la vida; el derecho de conciencia; a la creencia religiosa; a la libertad de expresión; la libertad de investigación y enseñanza; la igualdad como prohibición de discriminación por motivos de sexo; libertad sexual; la dignidad humana y el derecho a la salud. Niegan el derecho a la vida, la masculinidad y la feminidad, principalmente por ser términos que vienen de la ciencia biológica.

En el fondo, la ideología de género, a diferencia de los Derechos Humanos, no parte de un reconocimiento de la realidad, sino de un engaño que les impide reconocer lo real y verdadero. Por eso niegan la verdad de que los humanos somos seres sexuados. Y mediante el ocultamiento de datos, el uso de otros que son falsos -o parcialmente verdaderos-, manipulan el lenguaje sustituyendo el significado de las palabras, frases y conceptos con nuevos significados (palimsesto).

La ideología de género es un instrumento de abordaje político -en el más deleznable sentido que tiene la palabra político-, que ha avanzado paulatinamente con la apariencia de lo “políticamente correcto”; invade todos los estamentos sociales, y, para lograr su cometido, lucha por hacerse de los poderes políticos, privando del derecho a opinar a quienes no aceptan sus postulados. A quienes se atreven a hacerles frente, los acusan de intolerantes, de promover el odio, para hacerlos merecedores del rechazo social, llegando incluso a privarlos de su libertad. Entre sus prioridades esta lograr el control de la educación de niños y adolescentes, para ideologizarlos al margen de los padres.

Si bien, el quehacer frente a la ideología de género requiere darse en los campos político y jurídico, debe reconocerse que también se trata de una batalla cultural que ha de abarcar todos los estamentos culturales y sociales, empezando por los datos que proporciona la religión, la moral, la filosofía, la ciencia y, especialmente, la biológica, para que, la malicia de esta ideología quede desenmascarada.

A la ideología de género, como al marxismo, no se le refuta, sino que se le ha de vencer con hechos y verdades en todos los campos donde haya tenido presencia; denunciando y haciendo evidente su naturaleza perversa, tramposa y mentirosa; a través de los medios de comunicación, las redes sociales; en el hogar, a través del diálogo de padres e hijos; en el trabajo, con la elaboración y difusión de pensamiento y de documentos informativos; entre los amigos, vecinos y conocidos…

La lucha de la humanidad por el reconocimiento de los Derechos Humanos, inició en la Revolución Francesa; luego en el acta de independencia de los Estados Unidos y, posteriormente, en la Declaración de los Derechos Humanos de 1948. En ninguno de estos documentos se habla de esos supuestos “derechos” postulados por la ideología de género, como el derecho al aborto, a la eutanasia, a la identidad de género que se elija, al transexualismo, al cambio de género y sexo desde la infancia, etc.

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