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Contenidos en los medios públicos en la 4T

por | Política

«Los medios públicos que presten el servicio de radiodifusión deberán contar con independencia editorial; autonomía de gestión financiera; garantías de participación ciudadana; reglas claras para la transparencia y rendición de cuentas; (..)”.

Artículo 10 transitorio de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión promulgada en 2013. **

 

La operación de los medios públicos -particularmente la televisión, dentro del gobierno de López Obrador, provocó que el uso de la infraestructura cambiara su objetivo de informar acerca de sus programas y políticas, a convertirse en un instrumento de propaganda de la 4T. La pregunta que surge ante los nuevos contenidos es ¿los medios públicos deben estar al servicio de la sociedad o de los gobiernos?

Los medios públicos han sido un sector menospreciado por los gobiernos en turno. Con la llegada de Morena, se abrió una oportunidad para lograr que esos medios fueran realmente públicos, con mayor participación ciudadana y desapareciendo el sello “oficialista” que siempre les caracterizó. El presidente se había comprometido a que durante su administración no tendría injerencia en ellos, y que podrían trabajar con absoluta objetividad y autonomía.

Pero no fue así, desde su toma de posesión, el presidente López Obrador enfocó sus baterías en colocar en cada uno de los medios a gente suya. Lejos de cumplir los objetivos informativos de los medios, los han usado para difundir el pensamiento cuatroteísta.

Un mes después de haber asumido la presidencia, López Obrador nombró a Jenaro Villamil al frente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), antes conocido como Organismo Promotor de Medios Audiovisuales (OPMA), organismo público descentralizado creado con el propósito de administrar una red de televisoras y radiodifusoras públicas, así como para la preservación, producción y difusión de material audiovisual sin fines de lucro, en beneficio de los mexicanos.

En la práctica el SPR a cargo de Jenaro Villamil ha desarrollado una extensa operación propagandística de gobierno, a través de diversos eventos a lo largo del sexenio.

Al igual que lo hizo IMEVISION -que en los años 80 controlaba los canales 7, 13 y 22-, la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) de la SEGOB, se encargó de decir qué se veía o escuchaba en la televisión y la radio pública.

Algunos ejemplos de los contenidos de programas televisivos con un tono evidentemente propagandístico, y que refutan los fines de la televisión pública, por cuanto que resaltan o enaltecen los ideales y acciones de esta administración, están:

  • “Me canso ganso”, programa de “revista cultural” del Canal 22 creado a partir de la frase que el presidente hizo famosa en su toma de posesión.
  • “El Chamuco TV”, programa del Canal 22 que toma su nombre de la revista “El Chamuco, el cual es conducido por caricaturistas y moneros orgánicos, con clara tendencia ideológica de izquierda.
  • “John y Sabina”, uno de los programas menos vistos en Canal Once, con un rating de 0.03 según Nielsen. La dirección del canal decidió terminar por anticipado la tercera temporada de éste por las fuertes diferencias entre los conductores: Sabina Berman acusó a Ackerman de ignorarla y tener una actitud machista durante el programa.
  • “La Maroma Estelar”, conducido por Hernán Gómez y Carlos Ballarta. Este programa se diseñó en formato de los llamados “late night shows” clásicos. Salió de la parrilla de programación de Canal Once. Uno de los conductores argumentó censura.
  • “De buena Fe”, programa de análisis y opinión de Canal Once. Fue conducido por Gibrán Ramírez y Estefanía Veloz, autodefinida como abogada feminista, socialista, abortista y chicana. El programa llegó a su término por críticas sobre su marcado favoritismo al gobierno de la 4T.

El pasado mes de mayo Canal Once se unió, a través de su cuenta de Twitter oficial, al linchamiento contra ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, rompiendo la debida imparcialidad y la no militancia partidista, propia de un órgano de Estado.

Tanto el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), Radio Educación, Radio Altavoz (SPREM) y diversos medios de gobierno de 12 entidades de la República Mexicana, incluyendo Capital 21 (la señal de la CDMX), han contribuido a promocionar con contenidos “la narrativa presidencial”

. Javier Esteinou, profesor e investigador de la UAM-Xochimilco, los ha calificado como “los soldados mediáticos del presidente”.

Juan Ignacio Zavala, en su columna de El Financiero correspondiente al 26 de junio de 2019, señaló: “Es claro que un objetivo de la 4T es el de hacerse de medios de comunicación masiva; saben la importancia que tienen y no piensan dejar que corran solitos”.

Otro caso llamativo es el que tiene que ver con la agencia de noticias Notimex, pero tendremos la oportunidad de comentarlo en otro momento.

Es la hora en que los medios públicos no han podido ser independientes. El gobierno de la Cuarta Transformación ha hecho uso publicitario de los medios públicos para la difusión de la ideología gubernamental.

Esto no es nuevo, gobiernos priistas y panistas lo hicieron en su momento, pero destacan en este gobierno dos cosas: el descaro con el que lo han hecho y la pésima calidad de los contenidos. Todos son un fracaso: llenos de ocurrencias y resentimientos, como priva en el gobierno mismo.

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** Ley Federal de Telecomunicaciones.

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