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Misoprostol: asesinato en la clandestinidad

por | Mujer, Salud

Definición: es una droga descrita originalmente como protectora de la acidez gástrica, se usa como inductora del parto y abortiva, siendo en la actualidad de uso exclusivo para el aborto químico.

La primera publicación científica acerca del uso del misoprostol, para la inducción del parto en casos de feto muerto apareció en Brasil en el año 1987.

Es es un medicamento que una mujer, aún siendo adolescente, puede conseguir comprándola sin consulta médica, y sin recibir atención sanitaria, para lograr la expulsión del feto (una persona con identidad propia e insustituible) descartándolo, y que al consumirlo en estado de embarazao se autocoloca en riesgo de muerte.

La eficacia en producir el efecto abortivo se encuentra como media en un 86%, siendo necesario realizar una aspiración quirúrgica del feto entre 10 y 30% de los casos. Se hace en un centro quirúrgico bajo sedación anestésica.

La falsedad

Allí el aparente slogan de “seguro y en casa” caduca.

Los síntomas deben tolerarlos en su hogar o acudir a un centro médico. Las complicaciones más graves son las hemorragias uterinas, pudiendo durar hasta 4 semanas. Entre un 0,1 a un 1% de estas hemorragias exigen transfusiones sanguíneas.

Esta información se niega automáticamente cuando se difunde el método abortivo, demostrando la falta total de respeto por las pacientes, pues lo único que les interesa es que se venda descaradamente.

Ahora debemos explicar el concepto de reacción adversa y efectos secundarios:

Según la OMS una reacción adversa a medicamentos (RAM) es el «Efecto no deseado atribuible a la administración de un fármaco, a dosis utilizadas habitualmente en la especie humana, para prevenir, diagnosticar o tratar una enfermedad, o para modificar cualquier función biológica».

Es sinónimo de efecto indeseado y colateral.

Las complicaciones que la OMS (2009) reconoce en sus guías por el uso del misoprostol como abortivo se encuentran dentro de esta denominación pues requieren hospitalización o amenazan la vida.

En la revisión de Faundes (2007), se señala como complicación que entre 1 y el 10% de las mujeres son afectadas por un intenso sangrado uterino y pueden necesitar cirugía de emergencia y evacuación uterina, para no morir desangradas.

Ahora fijémonos que se pregona el uso en soledad y en casa de esta droga, pero la OMS declara:

La misma Guía considera la administración del misoprostol de manera clandestina como un «aborto inseguro».

Como se lee en la misma Guía n°153, «la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS),” un aborto inseguro es un procedimiento para finalizar un embarazo no deseado realizado por personas que carecen de la capacidad necesaria o que se lleva a cabo en un entorno donde se carece de un estándar médico mínimo, o ambos”. La clandestinidad del procedimiento (en casa) contempla esta situación.

Ahora veremos antecedentes médicos para que una mujer no pueda abortar con misoprostol, lo cual expone la salud y la vida de la mujer. Como señala la Guía de la OMS159 se tienen que tomar en cuenta:

  1. Uso actual de medicamentos.
  2. Infección del aparato reproductor.
  3. Enfermedades crónicas como hipertensión, trastornos de coagulación, enfermedad hepática, cardiopatías, diabetes, asma, patología psiquiátrica importante.

 

¿Quién toma en cuenta estas precauciones?

Advertencias silenciadas. Están presentes en la literatura de la especialidad, pero nadie habla de ellas, los organismos de derechos humanos no se acuerdan de estas advertencias, los gobiernos que dicen defender sus ciudadanos tampoco, y así la niña o mujer queda expuesta a la propaganda y promoción cruel de éstos.

Por dinero y presión de las grandes industrias del aborto, se contradice hasta la misma Organización Mundial de la Salud.

La literatura médica que llega al público silencia estos efectos y advertencias.

La prensa científica no aclara, es más, no suelen mencionar al Misoprostol para no meterse en problemas legales y de ética médica.

Pero los gobiernos y las asociaciones de autorización de drogas y fármacos la autorizan. El negocio se expande más y más, los hospitales lo distribuyen.

La única dañada es la mujer que, con la poderosa propaganda, la información sesgada, acude a la adquisición, exponiéndose a graves complicaciones y posibilidad de muerte. Matando a su hijo inocente que crece en su vientre.

En el campo de la bioética hay escuelas que defienden “el derecho al aborto” buscando justificarlo en el principio de autonomía.

Pero nosotros, adherentes a la escuela personalista, nos preguntamos: ¿y la no maleficencia donde se haya si eliminamos a un ser humano?

¿Dónde está la beneficencia de un procedimiento que mata una persona, pone en riesgo a otra, y si sobrevive le queda en la conciencia la culpa o el síndrome post-aborto?

La dignidad de la persona queda pisoteada por este asesinato, negando información decisoria y elemental para cualquier mujer.

El bien común se deteriora gravemente, cuando se autoriza a través del Estado el asesinato de miles de vidas, anualmente, como hemos visto en España, para tomar un ejemplo.

Se altera la curva demográfica, llegando a invertirla, haciendo que los nacimientos sean cada vez menos, produciendo verdaderas patologías sociales.

En conclusión: creo que debemos luchar a través de nuestras instituciones educativas, políticas y de salud, los canales de participación ciudadana y todo órgano cívico donde se pueda alzar la voz para detener este crimen contra la humanidad y terrible violación de los derechos de la persona humana, de las sociedades y del orden natural.

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