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INTRODUCCIÓN

 

Mi primer ensayo universitario en forma, (allá por el 86) con fichas bibliográficas, citas, fuentes, etc., fue sobre el Bien Común. Debo tenerlo por algún lado, pues realmente me costó mucho trabajo pero la calificación obtenida y el comentario al margen de mi maestro me generó un gran orgullo.

Confieso que salvo alguna que otra tarea, en calidad de artículo y algunos textos para mi tesis, y otros dos libros, uno publicado y otro en prensas, no había hecho un esfuerzo tan profesional como el de hoy. Si lo logré o no, eso sólo lo sabrán ustedes.

La razón, cuando eres una imagen pública, con intervención en medios, en debates, en discursos, lo que menos les interesa a tus oyentes, a tus adversarios y a los mismos medios, por supuesto, son tus fuentes, tus corrientes ideológicas o filosóficas. Ello me obligó a olvidarme de este tipo de ejercicios profesionales por casi 18 años, y generar textos con doctrina, pero sin fuentes, sin autores, sin escuelas. Lástima, pude haber generado también opinión documentada, pobre, insignificante, pero al fin documentada.

Buenas tardes, agradezco esta invitación inmerecida y espero, si no estar a la altura de un Congreso como este y de quienes desde el primer Congreso han participado, por lo menos, cumpla uno de los requisitos que tienen que ver no solo con la sana doctrina, sino con las fuentes y los autores que la sustentan.

La primera reflexión que se me vino a la mente tenía que ver con la pregunta: ¿cómo le hacemos para que la vida del cristiano en la posmodernidad no sea una claudicación de su fe, de su vocación, de su vida como cristiano? La pregunta me apareció en el libro de Massimo Borghesi: “Posmodernidad y Cristianismo: ¿una radical mutación antropológica?” que en el capítulo intitulado “Reflexiones para un nuevo comienzo” afirmaba: “Ahora bien, frente a esta renuncia (se refería a la `renuncia de todo el mundo al cristianismo por entero´) las escapatorias del pensamiento cristiano para no tomar nota de la realidad han sido múltiples: desde las corrientes ideológicas y regímenes de derecha en el periodo de entreguerras, al americanismo de los años 50 y 60, al marxismo de los 70, al occidentalismo de los 80 que precedió y siguió a la caída de los regímenes del Este en 1989”. (1). El autor, en retrospectiva veía todas estas opciones como ilusiones. ¿Será que la nuestra, un Orden Político Humanista, Integral y Solidario, es también una ilusión?

Buscando fuentes que ayudaran a brindarme luz o contraluz para esta ponencia, encontré una parte de un debate que sostuvieron Noam Chomsky y Michel Foucault en 1971. Se trata de un video publicado en Facebook por el grupo o partido político Podemos de París y que al día de hoy lleva poco menos de 4 millones de reproducciones.

Ahí debatieron sobre la naturaleza humana, la justicia y el poder, entre otras cosas. Reproduzco aquí algunas de sus intervenciones con la única intención de dimensionar el alcance que esas ideas tuvieron y tienen hasta el día de hoy en canchas contrarias a las nuestras y para que dimensionemos el alcance de las ideas que, en los Congresos anteriores, así como en este se han vertido.

En esa parte del debate Michel Foucault confesó no ser capaz de definir o de proponer un modelo de funcionamiento social ideal…, ese es nuestro tema, un orden político y social ideal.

Su inquietud inmediata era “destruir la creencia de que el poder está en manos del gobierno y que es ejercido por unas instituciones del mismo gobierno cuya razón de ser es transmitir las órdenes, hacer que se apliquen y castigar al que las desobedece”. (2)

Agregó que “el poder político se ejecuta también a través de otras instituciones que parecen ajenas o neutras al mismo poder, pero no lo son: la universidad, todo el sistema escolar, que simulan distribuir el conocimiento, pero en realidad –en sus palabras– mantienen en el poder una cierta clase social con la exclusión inevitable de cualquier otra clase”. (3) En el mismo tenor puso a la Psiquiatría y a la justicia, entre otras instituciones.

En esa intervención, Michel Foucault terminaba afirmando que “la tarea política actual en una sociedad como la nuestra es la de criticar el juego de las instituciones, en especial, las que parecen las más neutras e independientes: criticarlas, atacarlas de tal manera que la violencia política que se ejerce oscuramente en ellas aparezca para que podamos luchar contra ellas”. (4) Toda la teoría crítica de la Escuela de Frankfort descrita en unas cuantas frases. Para finalizar esa intervención Michael Foucault dijo: “Definir el perfil o la fórmula de la sociedad futura sin haber hecho bien la crítica de todas las relaciones de violencia política que se ejerce en nuestra sociedad corremos el riesgo de dejar que se reproduzca incluso a través de formas tan nobles en apariencia, tan puras como el anarcosindicalismo”. (5)

Por su parte, Noam Chomsky afirmaba: “Estoy de acuerdo en esto, no solo en la teoría sino también en la práctica, en que hay dos tareas intelectuales: una que es la de crear la visión de una futura sociedad justa y otra, la de comprender claramente la naturaleza de poder y opresión, de terror y destrucción en nuestra sociedad y eso incluye las instituciones que usted menciona y otras como las instituciones económicas y financieras, aún las multinacionales; esas son las instituciones básicas de opresión y coacción, y de gobierno autocrático que en apariencia son neutros”. (6)

Noam Chomsky externó que: “La tarea más abstracta y filosófica de intentar dibujar las conexiones entre el concepto de la naturaleza humana que da una visión completa de libertad, dignidad y creatividad y otras características humanas fundamentales y relacionar esto a alguna noción de estructura social en que estas propiedades podrían hacerse realidad en la que una sociedad trascendental podría ser realidad. Si estamos pensando en una transformación social y en una revolución social deberíamos saber algo de a dónde queremos ir y dicha teoría puede inspirarnos”. (7)

Entre interrupción y ganas de contradecir o contraponer lo externado por Chomsky, respondería de inmediato Michel de Foucault: “si pero si decimos que existe cierta naturaleza humana, que esta naturaleza humana no ha recibido en la sociedad actual los derechos y la posibilidad que les permitiría realizarse, si admitimos eso es que no eliminamos el riesgo de definir esta naturaleza humana ideal y real, esta naturaleza hasta hoy escondida y reprimida; es que no eliminamos el riesgo de definirla en términos que hemos cogido prestados a nuestra sociedad, a nuestra civilización, a nuestra cultura”. (8)

Continuaría Michael Foucault: “El marxismo de una cierta época al final del siglo XIX y el inicio del siglo XX admitió de hecho que en la sociedad capitalista el hombre no recibía todo su potencial de realización y de desarrollo, que la naturaleza humana estaba alineada en el sistema capitalista y que el marxismo soñaba en una naturaleza humana finalmente liberada. Esta naturaleza humana qué modelo utilizaría el marxismo de esta época, del XIX, inicio del XX, qué modelo utilizó para concebirla, para soñarla. Fue en realidad el modelo burgués. El marxismo consideró que una sociedad feliz era una sociedad que hacía sitio a una sexualidad del tipo burgués, a una familia de tipo burgués, a una estética de tipo burgués y es además tan real que así fue como ocurrió en la URSS donde bajo el pretexto de crear una sociedad donde el hombre desarrollara por fin su naturaleza, hemos reconstituido una especie de sociedad a la vez real y utópica transpuesta de la sociedad burguesa del siglo XIX”. (9) Algo similar pasó cuando el gobierno anticristiano de Venustiano Carranza plasmó los artículos laborales de la Constitución del 17, no tuvo más remedio que tomar las ideas centrales de los Congresos Sociales del catolicismo de aquella época tal y como lo confirma el P. Joaquín Márquez Montiel, S.J. en su libro: “La Doctrina Social de la Iglesia y la Legislación Obrera Mexicana: “Aquí en México desde 1912 diversas administraciones han ido reglamentando las condiciones del trabajo, reglamentación que ha culminado en la Constitución de 1917 con el artículo 123… Pero es curioso observar que lo que … se encuentra consignado en dicho artículo y sus leyes reglamentarias, ya había sido enseñado y practicado por la Iglesia mucho antes de que surgieran los modernos pseudo-apóstoles del pueblo que pretenden vender por nuevas las normas siempre inmortales y caritativas `del que pasó por la tierra haciendo el bien´”. (10)

Nos hubiera gustado que en el caso de la educación hubiera pasado lo mismo con las leyes en materia educativa del sexenio del más comunista de los presidentes que hemos tenido en la historia mexicana, Lázaro Cárdenas del Río. Pero no fue así. A la escuela proletaria le estaba reservada la imposición de la escuela comunista medianamente en el tiempo. Así lo afirmó el profesor Rafael Ramírez en una conferencia que dio al cuerpo docente del Distrito Federal el 12 de enero de 1935: “Cuando el intenso viaje haya terminado, la escuela proletaria habrá terminado también; cerrará entonces sus puertas, porque habrá cumplido su misión y entonces habrá llegado el momento de que la escuela comunista abra las suyas”. (11)

Sigamos con Foucault: “De manera que surge la noción de naturaleza humana. No sabemos muy bien qué es esa naturaleza humana, entonces esto es un riesgo que nos induce a error. Mao Tse-tung hablaba de una naturaleza humana burguesa y de una naturaleza humana proletaria y el consideraba que no eran lo mismo”. (12)

De inmediato, Noam Chomsky reviró: “Creo que en el dominio intelectual de acción política que es en el dominio en el que intento construir una visión de una sociedad justa y libre en base a la noción de algún tipo de naturaleza humana, en este dominio, nos enfrentamos al mismo problema al que nos enfrentamos en la acción política inmediata”. (13)

Chomsky se estaba refiriendo a las consecuencias del hacer y del no hacer, reforzando el hecho que las ideas, cualesquiera que estas sean, traen consecuencias: “Mucha de mi propia actividad tiene que ver con la guerra de Vietnam y un montón de mis energías se van en la desobediencia civil. La desobediencia civil en los EEUU es una acción llevada a cabo y que se enfrenta a considerables incertidumbres sobre sus efectos; por ejemplo, amenaza el orden social, de manera que uno podría discutir que podría dar paso al fascismo y eso sería muy malo para América, para Vietnam, para Holanda y para todo el mundo.  Así qué hay un riesgo muy concreto en llevar a cabo estas acciones; en el otro lado hay un riesgo en no llevarlas a cabo. Y si no las llevamos a cabo la sociedad en Indochina será despedazada por el poder de EEUU. Y frente a estas dos incertidumbres, uno debe elegir una ruta de acción”. (14)

Continuaría Noam Chomsky afirmando: “De igual manera en el dominio intelectual uno se enfrenta a las incertidumbres que correctamente señala que nuestro concepto de la naturaleza humana es limitado, parcial, socialmente condicionado y constreñido por nuestros propios caracteres y defectos y las limitaciones intelectuales y culturales en que existimos, pero al mismo tiempo es de una importancia crítica tener algún tipo de dirección”. (15)

Bendito Dios, nosotros sí tenemos un concepto de la naturaleza humana completa e integral, no condicionada ni por sociedad ni por estado alguno, como lo atestiguan las expresiones y aplicaciones que hemos recogido de la historia.

Chomsky terminó su intervención y con ella la parte de este debate diciendo: “Que sepamos qué metas imposibles estamos intentando alcanzar si esperamos llegar a alguna de las metas posibles y eso significa que tenemos que ser lo suficientemente audaces para especular y crear teorías sociales basadas en el conocimiento parcial y seguir muy abiertos a la fuerte posibilidad de hecho a la aplastante posibilidad de que algunos aspectos estamos muy lejos de la realidad”. (16)

Por supuesto que no necesitamos ni a Michael Foucault ni a Noam Chomsky para darnos luz, solo fue para darnos una idea de una de las partes contrarias. Si no tienen inconveniente, abordaré en primer lugar qué entendemos por orden político, acto seguido los adjetivos de Humanista, Integral y Solidario, para luego ofrecer algunas expresiones y aplicaciones tanto europeas como latinoamericanas.

ORDEN POLÍTICO

Extrañamente en los conceptos fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia, al menos hasta 1971, se privilegió más el uso del concepto del orden social que el del orden político. “el término orden social se identifica con el orden de la sociedad civil –nacional o supranacional- en su sentido más amplio y comprehensivo, ya que engloba el orden particular de todos y cada uno de los sectores de la vida asociada, privada y sobre todo pública.” (17) Y quizás lo hicieron sabedores o esperanzados de que es más fácil, eficaz y contundente transformar un orden social y mediante ello, transformar un orden político que a la inversa. En no pocas ocasiones la realidad les ha dado la razón cuando la historia universal y de nuestro México mismo nos ha brindado ejemplos claros de que a pesar de tener un orden político muchas veces anticristiano, no ha sido suficiente para borrar del mapa lo impulsado por un orden social cristiano. No pocos autores añadirán que “este orden social amplio es el ámbito y el resultado de la realización del bien común” (18) y que “en la medida en que éste se logre, se tiene la medida determinante y calificadora del orden social justo conseguido en una comunidad política” (19) lo que nos lleva a prefigurar que cualquier esfuerzo por difundir o convertir en realidad este criterio se convierte en automático, lo haya dicho quien lo haya dicho, en una expresión y/o aplicación de ese mismo orden social.

34 años después, 2005, con la publicación del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia se dirá que “El sentido último de la Doctrina Social de la Iglesia es animar un nuevo orden social, económico y político a través de un humanismo integral y solidario de inspiración cristiana”. (20) Ese humanismo integral y solidario de fundamentación cristiana se convertiría en la propuesta política de muchos católicos tanto en Europa como en Latinoamérica y por supuesto, en nuestra misma patria, y con los ajustes pertinentes al presente de hoy, pero como reflejo de una auténtica vivencia del encuentro con Cristo, queremos impulsar en nuestra patria en este mismo momento.

Así las cosas, definiremos el Orden Social como un conjunto de pautas que modelan una sociedad, confieren una teleología a la vida de los pueblos y modelan el entramado de sus instituciones. Ese Orden Social asume los valores y principios de esa sociedad, regula los sistemas de poder y las relaciones de producción y casi siempre se expresa vivamente en su cultura y termina modelando su sistema legal.

El Orden Social se origina en las tradiciones de los pueblos que intentan hacer vida los sistemas filosóficos o teológicos. Así, la teología católica inspiró órdenes sociales como el europeo medieval o el del virreinato en México. Por su parte la teología musulmana generó los estados teocráticos orientales. Qué curioso, ellos, los musulmanes, están generando un nuevo modelo de estado teocrático oriental, lamentablemente inhumano, discriminante, y exterminador de cualquier expresión que se le oponga. En nuestra contraparte, preocupados de ser tachados como igualmente radicales a los musulmanes, los católicos tímidamente esbozamos susurros de un orden social o político humano pero agachado, encorvado, vergonzante, que deja que se le elimine del campo político no solo en el espacio jurídico normativo, sino en el del quehacer integral y solidario de cada día, orillándonos a callar lo que por derecho tenemos no solo a difundir sino a volver toda una realidad.

De la misma manera que las teologías, la filosofía liberal generó el régimen político estadounidense; el hegelianismo de derecha al régimen totalitario nazi fascista y el hegelianismo de izquierda materialista de Marx al régimen de la unión de repúblicas socialistas soviéticas. Y aunque desaparecidos ambos en sus modelos originales, no estamos exentos de que resuciten o intenten resucitar con versiones cuasi modernas de dictaduras hegelianas, ateas o paganas, igualmente perniciosas contra la libertad y la dignidad humana como aquellas.

En nuestro caso, “el núcleo de la doctrina sobre el orden social se contiene en dos afirmaciones centrales íntimamente enlazadas entre sí: el orden social es un valor divino por su origen último, Dios, y humano por su realizador y beneficiario, el hombre. Valor religioso y divino `si se mira a su fuente´. Valor humano, `ya que el hombre lo realiza y se beneficia de él´” si se mira a su fin. (21)

HUMANISTA, INTEGRAL Y SOLIDARIO

La realidad nos ha mostrado con sobreabundancia de elementos que “el materialismo en cualquiera de sus formas y tendencias, erosiona y destruye el orden social. Provoca en efecto, una progresiva deshumanización, ya que `no tiene en cuenta para nada el orden de la naturaleza´. En la actualidad, dos son los caminos que apartan el orden social de su orientación acertada y lo extravían: el de la planificación absoluta elevada a norma rectora universal de la vida social, y el del individualismo ilimitado y sin control”. (22) Esto no significa que el orden social o político humanista deba ser desorganizado, sin planes, sin programas o sin proyectos, no, pero no puede descuidar que el objetivo en sí es el desarrollo integral del hombre y no la eficiencia por sí misma de cualquier modelo de gobierno. Error no siempre claro de casi todos los gobiernos de nuestro país, incluidos los gobiernos panistas federales y estatales.

Por lo que resulta obvio que “un orden social y político humanista, integral y solidario debe estar fundado sobre la Dignidad y Libertad de la persona”. (23) Y “sus decisiones y sus proyectos deben desarrollarse en la Paz, la Justicia y la Solidaridad”. (24) Un orden con esas características debe estar basado en “… el Derecho Natural y en la Revelación…” (25) Sus normas y leyes deben brindar un “…respeto más absoluto a la Religión y a la Iglesia…”. (26) Por supuesto que con estos presupuestos, ante una realidad posmodernista atea en la vida cotidiana y asumida desde sus propias normas legislativas, resulta imposible o por lo menos, demasiado a contra corriente, intentar hacer vida ese mismo orden que nos tiene esta mañana y desde ayer en reflexión.

Es cierto, aspirar a esos criterios definidos integralmente por su Santidad Pío XII resulta muy contracorriente hoy en día, sin embargo, ello no nos debe llevar a claudicar en el intento pues su existencia y desarrollo debe ser una proclama “…victoria sobre el egoísmo…”; (27) y debe abogar por la “desaparición de las desigualdades injustas”. (28) Es más, su reconocimiento como un Orden Social y Político Humanista, Integral y Solidario debe partir de la exigencia del “…respeto profundo a la Dignidad del Trabajo, a una Política de defensa de la Familia…”. (29) Estos elementos los veremos aplicados en formas concretas en actores políticos católicos del pasado, pero si el Frente Nacional por la Familia no da marcha atrás a sus acuerdos consensados desde el Encuentro Nacional de Líderes Católicos celebrado en las instalaciones de la UIC en meses pasados, esos mismos elementos –Trabajo y Familia- los veremos impulsados como expresiones con miras a aterrizar en aplicaciones concretas pues a partir de su próxima asamblea del 23 de septiembre, anunciará que el Frente, sin perder su centro y foco, que es la Familia, diversificará su trabajo por todo el país, en los temas de Vida, Educación, Justicia y Desarrollo, es decir, la Dignidad del Trabajo enmarcado en la línea del Desarrollo y la Familia enmarcado en su mismo tema, volverán a ser elementos vivos como los planteados por su Santidad Pío XII.

Será la encíclica Populorum Progresio la que nos regalará dos definiciones cortas pero muy profundas: El humanismo es `una visión global del hombre y de la humanidad´”, global porque aborda todas sus facetas y sus características de naturaleza humana; y la otra definición es: el humanismo es `el desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres, (30) por lo que las tareas que un gobernante realice, cuidando que los beneficios faciliten precisamente ese desarrollo integral de todos sus gobernados, será un gobernante que hará realidad la expresión y aplicación concreta de ese tal orden social y político humanista, integral y solidario. Debo decir que muchos gobernantes, me incluyo, nos ha dado miedo reconocer que estábamos impulsando un orden social o político específico y diferente al que la legislación y el sistema político mexicano nos ha orillado, y en mi caso, no tanto por temor a ser tachado de católico con todos sus eufemismos denostativos, sino porque lo logrado, a mis ojos, parecieron tan pobres que preferí no promoverlos. Error, mío y de muchos gobernantes que debiéramos justipreciar como lo que fueron, expresiones y aplicaciones concretas de un orden social y político diferente y por supuesto, con una gran raigambre cristiana.

Ya desde el Concilio Vaticano II, con la Gaudium et Spes “somos testigos de que está naciendo un nuevo humanismo, en el que el hombre queda definido principalmente por la responsabilidad hacia sus hermanos y ante la historia”, (31) es decir, un orden solidario: “el olvido de la solidaridad es uno de los errores que brotan del agnosticismo moral y religioso, no solo llevado al extremo en los totalitarismos del siglo XX sino latente en todo sistema inmanentista, totalitario o no”. (32). Latente en cualquier gobierno que se olvide de los principios morales y religiosos de sus gobernados.

Aunque la frase surgió después de la II Guerra Mundial, su vigencia obliga 60 años después a “que desaparezcan las desproporciones irritantes que se advierten dentro de cada país –y hoy el nuestro no es la excepción– en lo tocante al tenor o nivel de vida”, (33) porque un orden social solidario “pide que por la acción conjunta del Estado y de la iniciativa privada se monte una política de inversiones y de expansión que cree los puestos de trabajo necesarios para llegar al máximo posible en el nivel de empleo”. (34) Así es que si un gobierno genera empleo respetando la libertad y dignidad de las personas, ese gobierno, del nivel que sea, está promoviendo un orden social o político humanista, integral y solidario.

En el caso de “la institución de la propiedad privada y su generalización `son un elemento del orden social´ que consolida al hombre y garantiza el orden en la convivencia” (35) por lo que “todo ordenamiento social que niegue o merme sin razón bastante ese elemento, es radicalmente injusto” (36). Lo que significa en sentido positivo, que todo ordenamiento social que promueva o consolide la institución de la propiedad privada, por ejemplo, regularizando predios para que las familias tengan su título de propiedad y por ende, sus escrituras correspondientes, es un gobierno que consolida al hombre y garantiza el orden en la convivencia.

Las expresiones de la DSI iluminan con una claridad sorprendente cualquier esfuerzo por construir un orden social o político humanista, integral y solidario. En lo que respecta a los trabajadores, esa misma DSI nos dirá: “es factor indispensable para la justicia del orden social … la elevación de la clase trabajadora y la redención de la misma frente a toda esclavitud o inferioridad injusta”. (37) Por lo que un gobierno que promueve el empleo y se desvive atinadamente con propuestas para que sea un empleo bien remunerado, es un gobierno que va en nuestro sentido reflexionado.

Como los modelos hegelianos tanto de derecha como de izquierda eliminaron cualquier posibilidad de libertad y de justa autoridad deberemos decir con el Dr. José Luis Gutiérrez García que “en perspectivas más amplias, el recto orden social exige la dosificación acertada de la autoridad y de la libertad, ya que `la verdadera libertad humana es elemento indispensable, según la concepción cristiana, del orden social considerado como organización de paz´”. (38)

¿Nos estaremos enfrentando ya a los albores o a la consolidación de un nuevo orden social posmoderno, y, por ende, anticatólico, antihumano, parcial e individualista? No lo sé, lo que si se es que este nuevo orden social posmoderno no está tomando en cuenta la reforma de las instituciones renovadas bajo la óptica del espíritu cristiano. Pareciera que ni la caridad social ni la justicia social están presidiendo o informando este esfuerzo general de reforma seria del orden social.

Mássimo Borghesi, de quien referíamos al inicio de esta ponencia, hablaba que “un humanismo posbélico, `laico´, comunista o bien católico vivía en el fondo de un presupuesto no expresado, el de que la sociedad estaba todavía profundamente permeada por la fe, de la que la `pasta humana´ estaba entretejida y plasmada, y de que los valores cristianos representaban también los valores comunes, la conciencia espontánea popular. Pero un presupuesto no es eterno, vive si es alimentado; el haber separado los ideales humanísticos del volver a acaecer del Acontecimiento cristiano era causa al mismo tiempo del esterilizarse de la fe y del humanismo reducido a vacías utopías”. (39)

Será el mismo Massimo Borghesi quien afirmará que “el cristianismo es, mas radicalmente, la condición que hace posible que los valores puedan ser `vividos´, para que la persona, por ejemplo, sea realmente percibida como tal, y no reducida a un fantasma del cual puede servirse el poder para sus fines”. (40)

Pues aun cuando el presagio o el análisis de Borghesi sea o pueda ser más o menos real, “reconducir el orden social a sus fuentes, a fin de encontrar `la base y fundamento de normas y leyes inmutables para constituciones sociales de sólida consistencia interior´ reviste hoy caracteres de genuina cruzada, que deberá cobijarse bajo el amplio techo de la concepción cristiana de la vida”. (41) Y para lograrlo podemos tomar de la historia resiente una seria de expresiones y aplicaciones que demuestran que ha sido factible hacer realidad, si no un orden social o político humanista, integral y solidario pleno y total, al menos sí, unas realidades concretas, que, como los trazos de una pintura, aunque individuales, plasmados en un solo lienzo, terminan por darle figura a un todo.

EXPRESIONES Y APLICACIONES

Hay quienes impulsan restablecer el orden roto impulsando el orden natural de su propia vida reconociendo que las relaciones sociales y la naturaleza requiere de Reconciliación con Dios, consigo mismo, con los hermanos y con la naturaleza. Esos impulsos van de la mano de un orden social o político humanista integral y solidario.

Sin embargo, no debemos olvidar que los autoritarismos y estatismos hicieron su aparición no solo como formas de injusticia, sino como expresiones ideológicas que reflejaban concepciones del hombre, de la sociedad, del Estado y de la historia totalmente contrarias a los principios cristianos.

Por lo que la animación cristiana del orden temporal sigue vigente como lo afirman estas expresiones:

San Juan Pablo II en Christi Fidelis Laici nos dijo: “La Política es una acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural destinada a promover orgánica e institucionalmente el Bien Común. (42) Aunque ya antes el Concilio Vaticano II en la Apostolicam Actuositatem nos había exhortado a “Restaurar con espíritu de concordia el orden temporal y lo perfeccionen”. (43)

Y más recientemente Aparecida nos recordó un deber ineludible: “Promover la Dignidad de la Persona Humana, la Justicia Social, el Bien Común en el matrimonio y la familia, en los niños y los jóvenes, en los ancianos y las mujeres, en la proclamación y defensa de la vida, en el cuidado del medio ambiente, la cultura, la educación, la comunicación social, la vida pública, la integración de los indígenas y afroamericanos”. (44)

Esas solo tres expresiones nos llevan al planteamiento de que es deber y es derecho de los laicos de participar en la evangelización de la política en sentido amplio, conforme lo marca la Doctrina Social de la Iglesia.

Entremos ahora a casos y ejemplos concretos:

Enrique San Miguel, coautor de “El Evangelio de los audaces” escribió: “Los testimonios de políticos que no sólo no actúan sin renunciar a sus creencias, sino que participan en la vida pública como consecuencia del imperativo moral de todo hombre de ser útil a sus semejantes, constituyen un requisito esencial a la propia vida comunitaria”. (45) Así es, participar en la vida pública por parte de quienes nos decimos católicos es indispensable para la vida de la comunidad.

Será el mismo Enrique San Miguel quien nos ofrecerá algunos casos de líderes católicos europeos, en su libro: “Los líderes católicos de los decenios centrales del siglo XX percibieron que los discursos materialistas representaban la negación de la grandeza de la dignidad humana. Singularmente los discursos colectivistas del totalitarismo, pero también las concepciones del orden político subordinadas a las leyes del mercado”. (46)

Georgio La Pira, alcalde italiano, uno de los mencionados por Enrique San Miguel en su libro “El Evangelio de los Audaces” llegó a decir: “Incluso un santo puede hacer un pacto político en el que su vocación política sea solo un reflejo y el eco de su antigua y verdadera opción religiosa”, (47) confirmando con su testimonio de vida, que sin lo religioso, sin la vivencia del “encuentro con la presencia trascendente”, la labor del político católico no pasa de ser una manifestación, a lo mucho, ideológica, de sus proyectos, de sus visiones o de sus aspiraciones.

Continuando con La Pira, su visión escatológica está fuera de toda duda: «Nuestra participación en el Año Santo no es un acto de misericordia, sino un hecho político, porque tiene que contribuir a –que- El plan de Dios se realiza en la historia«. (48)

Como una prueba de su compromiso vocacional con el trabajador o con los trabajadores, La Pira afirmó: “Un alcalde que por temor a la -sfrattati ricos y poderosos abandona a los pobres, despedidos, desempleados, etc.- es como un pastor que, por temor al lobo, abandona su rebaño«. (49)

Extraño en un político, y más en funciones, pero esto pinta a La Pira tal cual es: ¡Tienes que transformar la empresa! No es suficiente para la vida interior; Es necesario que esta vida construya canales externos para su circulación hacia la ciudad del hombre. Tienes que dejar el huerto cerrado …. Transformar las estructuras equivocadas de la ciudad humana; Para reparar la casa del hombre ruinoso. (50)

La Pira puede ser un buen referente: “El compromiso concreto-primero en el gobierno, a continuación, en la administración de la ciudad- se comparan con las realidades de desempleo, enfermedad, los problemas de vivienda, etc.” (51)

Dejemos una última joya de Georgio La Pira, quien va camino a los altares: “No: el compromiso político -es decir, el compromiso directo con la construcción de un cristiano inspiró la sociedad en todos sus sistemas de arranque dall’economico es un compromiso de la humanidad y santidad: es un compromiso que debe ser capaz de transmitir hacia los esfuerzos de una tela tejida a lo largo de la vida de oración, la meditación, la prudencia, la fortaleza, la justicia y la caridad”. (52)

Incluido también en el “Evangelio de los Audaces” está quien también va camino a los altares: Konrad Adenauer S. Tomemos una primera expresión: “Nuestra concepción humanista cristiana, y expresada en los hechos por el testimonio de nuestro propio comportamiento democrático, en el esfuerzo común junto a las otras fuerzas políticas empeñadas en lograr esa meta”. (53)

No todas las expresiones de Adenauer son serias o formales, pero sí profundas, como esta: “El que quiere ver al mismo tiempo hacia la izquierda y hacia la derecha, al final va a quedar bizco”. (54) Parafraseando, político y/o gobernante que tome decisiones o desarrolle propuestas de izquierda y de derecha, con el afán de llegar a ser “políticamente correcto”, tarde o temprano perderá su propia identidad cristiana.

Me gusta la firmeza de Konrad, firmeza que exige a otros porque así la vivió con él mismo: “Este consejo doy yo a los políticos: Valor para mantener lo que es correcto, aunque se sepa de antemano que va encontrar fuerte resistencia”. (55) En palabras de Carlos Abascal: “Leonardo, si te comprometiste en algo con los ciudadanos o con quien sea, cumple. Honra la palabra”.

El tercer mosquetero, que también va camino a los altares y que también aparece en el libro “El Evangelio de los Audaces”, es Robert Shuman quien “le imprimió un tono humanista a la acción política, con una permanente actitud constructiva y positiva, con un trasfondo cristiano”. (56)

Enrique San Miguel describe a Robert Shuman así: “Era un ferviente católico y un convencido de que en la política había que actuar siempre con honestidad y hombría de bien. Afirmaba que nunca se justificaba, en este terreno, la mentira y el engaño”, (57)

A Robert Shuman le quedaba perfectamente claro la importancia y trascendencia del cristianismo en la construcción de orden social y/o político, afirmó: “La democracia, tal como la conocemos en la actualidad, que reconoce la igualdad de los derechos de todas las personas humanas, sin distinción ni excepción, se debe al cristianismo”. (58) Tan tenía clara la importancia del cristianismo que parte de su filosofía con respecto a la construcción de la democracia era: “la democracia será cristiana o no será. Una democracia anticristiana será una caricatura que naufragará en la tiranía o en la anarquía”. (59) Como si conociera por lo que nuestro querido Venezuela habría de llegar en el futuro que es su presente hoy: una caricatura que ha naufragado en una tiranía.

Robert Shuman también vislumbró los graves peligros de la educación laica, específicamente la que pretende arrancar a Dios y toda creencia religiosa y moral de las aulas.

Alcide de Gásperi, junto con Konrad Adenauer y con Robert Shuman son considerados los padres de Europa. En el caso de De Gásperi: “su intensa espiritualidad se puede resumir en la profunda unidad de vida, una vida interior llena de paz y serenidad a pesar de los grandes afanes, una vida generosamente entregada al trabajo para poder cambiar el mundo”. (60)

De Gásperi permitió la reconciliación entre catolicismo y democracia, así como asegurar la saludable separación Iglesia-Estado; además de difundir las innovadoras propuestas social-cristianas para la renovación del Estado liberal. (61)

Quizás muchos desconocíamos que el autor de la frase “Un político trabaja para la próxima elección. Un estadista trabaja para la próxima generación” era Alcide de Gásperi. (62)

Casi todos los historiadores y analistas de la Europa de la Posguerra coinciden en que, gracias al pensamiento y esfuerzo de estos tres grandes, cada uno en su país: Konrad, Robert y Alcide son reconocidos como los padres de Europa, por eso nació en Alemania la Economía Social del Mercado. El llamado “Estado del Bienestar”, y sus políticas de equilibrio social y territorial, surgieron con los gobiernos del humanismo cristiano impulsados por estos tres grandes, pero el sueño de una sociedad más cohesionada, vertebrada por principios, y no por intereses, se extendió también a la plasmación política del universalismo cristiano, comenzando por la integración europea, básicamente protagonizada por líderes católicos, que creyeron firmemente en la fraternidad entre los pueblos como garantía de justicia y de paz.

En el caso de nuestro país, comprenderán que, como alteño, de la misma tierra del “Maistro Cleto”, hoy beato y pedimos a Dios que muy pronto Santo, Anacleto González Flores, me gane el amor a la herencia de los cristeros y de la cristiada por lo que la mayoría de los comentarios siguientes vayan en ese tenor:

Nuestros amigos de la Asociación Privada de Fieles Familia Laical Cruzados de Cristo Rey y sus incansables promotores y padres espirituales de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica Cruzados de Cristo Rey junto con quienes hoy nos han convocado: el Consejo de Pensamiento para el Bien Común, no han vislumbrado el alcance que esa expresión y aplicación del orden social y/o político humanista, integral y solidario va a tener el haber organizado un Congreso sobre el Reinado Social de Cristo en fecha reciente. Ese Congreso del que inmerecidamente fui parte, me trajo a la memoria el Primer Congreso Católico llevado a cabo en Puebla en 1903. En ese Congreso “buscaron los remedios a los problemas sociales que se planteaban entonces en la nación y que no preocupaban suficientemente al gobierno”. (63)

En ese primer congreso: “… que reunió a los seguidores del catolicismo social … el delegado por Jalisco Miguel Palomar y Vizcarra propuso la creación de las cajas Reiffeisen (cajas rurales de ahorro) para remediar la descapitalización del campo e impulsar la pequeña propiedad agraria.” (64) Esa iniciativa la enviaría a la Cámara de Diputados de Jalisco meses después junto con varias iniciativas para la creación del bien familiar.

Fruto de ese y otros congresos generarían una serie de grupos y proyectos. “El 18 de diciembre de 1911, gran parte de los sindicatos confesionales –uno de los frutos de esos congresos sociales- se asociarán para crear la Confederación de Obreros Católicos de la República Mexicana; más tarde, en 1913 se fundó el Círculo de Estudios Sociales León XIII”, (65) antecedente inmediato del Partido Católico Nacional.

El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino afirma que “el Bien es difusivo de sí”, y el bien concreto de esta Confederación de los Obreros Católicos generó consecuencias algunos años después: “entonces surgió la idea del internado de Tacubaya… que se llamó la Casa para Estudiantes Proletarios”. (66) “El Lic. Oscar C. Álvarez decidió refundir los cursos mimeografiados que se deban en la Casa del Estudiante Proletario… les dio la forma de un libro substancioso, con el título de la Cuestión Social en México. El Trabajo. Manual para Círculos de Estudios. México, 1950. 479 páginas…” (67) A decir del autor de “El Frente de los Pobres”: “El mejor manual para los círculos de estudios entre los obreros mexicanos, en el que se formarán los jefes sindicales de mañana, contiene la doctrina social de los Papas”. (68) Cómo una expresión no pudo ser contenida en la sola palabra, como sucede con todo lo bueno y con todo el bien, y llegó hasta este nivel de aplicaciones.

No haré mención de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, la gloriosa ACJM, fundada por el S.J. Bernardo Bergoend. Y no lo haré por dos razones muy simples: creo que en este auditorio es una institución más que reconocida y dos, porque como acejotaemero que vivió la Piedad, el Estudio y la Acción, corro el riesgo de quedarme hablando solo de ella, en lugar de cumplir esta encomienda. Sólo diré que: “Fue el ala de vanguardia de la Liga Nacional de Estudiantes Católicos, que bien pronto tuvo secciones en todo el país… En 1913, el P. Bernardo Bergoend, … la reorganizó según el modelo de la A.C.J.F. de Francis y le dio el nombre de A.C.J.M.” (69)

Como una expresión y aplicación muy concreta que precisamente en este año está de manteles largos, pues cumple 100 años, debo mencionar a la Unión Nacional de Padres de Familia, fundada en 1917, pero que “durante los años sombríos de la suspensión de cultos, se había cubierto de gloria procurando la educación cristiana a numerosos niños” (70) en casas particulares, figura que perduraría hasta poco después de los 70´s en varias ciudades de nuestro país aunque ya no dependiente de la misma UNPF.

Algo similar a la Confederación de Obreros pudiéramos decir de la Confederación y Unión Nacional de Estudiantes Católicos, “creada para luchar por la libertad de enseñanza, defender nuestros derechos de conciencia, procurar la sólida formación cristiana y velar por los intereses profesionales del gremio estudiantil”. (71)

Muchas de estas creaciones surgidas de los Congresos Sociales culminarían en la Liga Nacional de Defensa Religiosa, un 14 de marzo de 1925. Después cambiaría su nombre por La Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa. En ella “reclamaban la libertad de enseñanza, el derecho común para todos los ciudadanos católicos. Encontraban odiosa la legislación de excepción que convertía a la Iglesia y a los católicos en parias en su propia patria”. (72)

Mención obligada debe tener aquí la expresión y aplicación de la Unión Popular Social de los Católicos Mexicanos. “A las dos instituciones en su conjunto: la ACJM, encargada de formar jóvenes líderes social cristianos, y al Partido Católico Nacional se les denominó Unión Popular Social de los Católicos Mexicanos.” (73)

Como un personaje que encarnó un orden social cristiano, y su vida toda fue una expresión y aplicación del mismo, tenemos al Beato Anacleto González Flores, descrito en pocas palabras por su amigo, Don Efraín González Luna: “Conocedor profundo de la cuestión social, abogó sin cesar por la organización corporativa del trabajo dentro de los principios cristianos. En cuanto a la libertad religiosa, fue su preocupación constante y el gran amor de su vida… Al ver venir para la Iglesia la más grave de sus pruebas, se consagró en cuerpo y alma a fundar y extender una organización popular orientada especialmente a la defensa de la libertad religiosa. Cuando la persecución llegara al desenfreno más abyecto, su amor a la libertad religiosa debía llegar al heroísmo y al martirio. Así fue. Murió por el derecho. Por el derecho de la Iglesia a la vida y la libertad”. (74)

Otro fruto de aquellos Congresos Sociales fue el Secretariado Social Mexicano fundado el 12 de octubre de 1919. “El 8 de septiembre de 1923 apareció una pastoral colectiva del episcopado mexicano sobre la Acción Católica en materias sociales, y presentaba al Secretariado social como una obra que debe ayudar a todos sin crearle dificultades a nadie”. (75)

La expresión de los Congresos Sociales alcanzaría una aplicación más en la Unión Patronal Guadalupana. “En 1948 la Unión publicó su Decálogo: … 1.- El trabajo no es una mercancía. 2.- Daré un salario más justo a mis trabajadores.” (76)

Han pasado 34 años desde el Primer Congreso Social aún seguían surgiendo aplicaciones concretas o nuevas expresiones. Es el caso del Sinarquismo en 1937: “La meta a la que había de llegar se enunciaba con estas palabras: la implantación de un Orden Social Cristiano en México; lo cual implicaba otros muchos objetivos escalonados de necesaria conquista antes de alcanzar aquella suprema realidad”. (77)

Y si el primer ensayo de partido político aplicado en el Partido Católico Nacional, que a pesar de haber obtenido una gubernatura y casi todas las diputaciones en el caso de Jalisco, no sobrevivió ni 5 años, vendrá 30 años después una aplicación más consolidada en el Partido Acción Nacional: “En septiembre de 1939, la asamblea constituyente de este partido definió las bases doctrinales y las convicciones esenciales que unen a sus miembros. La inspiración de este documento, como de todo lo que emana de Acción Nacional, es tradicional y católica”. (78) En ese partido, vigente aún todavía, pero perdido en la sordidez del pragmatismo algunas veces hasta inmoral y otras, despegado de su origen y hasta de su naturaleza, algún autor lo retrató así: “En Acción Nacional convergieron dos corrientes ideológicas derechistas antes enemigas: el liberalismo y el conservadurismo… En el PAN, la tendencia liberal la representó Gómez Morín, mientras la corriente conservadora o doctrina social cristiana la encabezó don (sic) Efraín González Luna, fundador ideológico de Acción Nacional y uno de sus más importantes y renombrados intelectuales”. (79)

De todas estas expresiones y aplicaciones mexicanas han surgido expresiones y aplicaciones nuevas, este mismo Congreso Humanista en cada una de sus versiones debemos registrarlo como una expresión del Orden Social o Político Humanista, Integral y Solidario, pero una expresión más acabada, más profesional, que sigue esperando el registro documentado de aplicaciones nuevas y acordes a las demandas y necesidades de nuestra patria en el siglo XXI.

Reconozco que me hicieron falta muchos registros, desde el pensamiento expresado en su Humanismo Político de Don Efraín González Luna, pasando por juristas y legisladores de una sola pieza que el cristianismo viviente en el Partido Acción Nacional le dio a nuestra patria mexicana: Don Rafael Preciado Hernández, Don Miguel Estrada Iturbide, Don Efraín González Morfín.

En esos registros faltantes deberemos dar cabida a quienes, desde diferentes trincheras dieron testimonio en sus expresiones como en sus aplicaciones en calidad de servidores públicos de los tres niveles de gobierno y, por qué no, de los tres poderes: Don Carlos Abascal Carranza o Exgobernadores de una sola pieza, que en varios de sus programas de gobierno y en sus normatividades ejecutivas dejaron muestras fehacientes de querer impulsar, a toda costa, un orden político humanista, integral y solidario: Juan Carlos Romero Hicks, exgobernador y actual senador de la república, Marco Antonio Adame, exgobernador de Morelos y ex Senador; Juan Manuel Oliva, exgobernador de Guanajuato; y por supuesto mi paisano, Emilio González Márquez, exgobernador de Jalisco.

Las expresiones y aplicaciones de los últimos 30 años dan para elaborar una nueva investigación con su libro correspondiente.

Existen autores, como Augusto del Noce, que en los últimos treinta años reducen las interpretaciones de la historia del catolicismo y, por ende, de los órdenes sociales y/o políticos por el generados, en tres: “La primera, minoritaria, de la `utopía arqueológica´, procedente de una idealización romántica de la Edad Media… La segunda, inversión exacta de la tradicionalista, viene dada por la `utopía del futuro´ propia de la posición progresista que acepta como totalmente positivo el proceso de secularización moderno. La tercera, … que en nombre del pragmatismo y de la `desideologización de la política´ se mueve en un separatismo de hecho, a partir de un silencio sobre el fin último, en nombre de pretendidos `valores comunes´. En las tres posiciones se lleva a cabo, bien a partir de una tendencia anti moderna, bien modernista, bien de compromiso, una profunda separación entre fe y razón, fe e historia, naturaleza y gracia, esta sí típica de buena parte del cristianismo moderno”. (80)

Que no nos preocupe la clasificación de nuestras expresiones y las aplicaciones que de ellas generen, sino que nos ocupe más el anhelo y la petición de la misericordia de la gracia recibida y acrecentada por el encuentro con quien personifica la presencia trascendente del Padre, con Nuestro Señor Jesucristo Rey. Para que de esa vivencia y de ese encuentro, no revivamos ni expresiones ni aplicaciones del pasado, sino que generemos expresiones y aplicaciones fieles transmisoras de los principios y de los valores de un nuevo orden social y político humanista, integral y solidario.

Muchas gracias y que Dios nos bendiga a todos.

Lic. Leonardo García Camarena

Presidente Electo de la Unión Nacional de Padres de Familia

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Posmodernidad y Cristianismo ¿una radical mutación antropológica? Massimo Borghesi. Encuentro Ediciones. Madrid 1997. P. 96.
  2. Noam Chomsky y Michael Foucault. 1971. Facebook. Agosto 2017.
  3. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  4. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  5. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  6. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  7. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  8. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  9. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  10. La Doctrina Social de la Iglesia y la Legislación Obrera Mexicana. Joaquín Márquez Montiel, S.J. Editorial Jus, México. 1958. P.7.
  11. El Frente de los Pobres. Joseph Ledit. S.J. Ediciones Spes. México, D.F. 1955. P. 82-83.
  12. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  13. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  14. Noam Chosmky y Michael Foucault. Op. Cit.
  15. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  16. Noam Chomsky y Michael Foucault. Op. Cit.
  17. Conceptos Fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia. José Luis Gutiérrez García. TIII. Centro de Estudios Sociales del Valle de los Caídos. Madrid 1971. P. 305.
  18. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana. 2005. 19.
  19. Compendio DSI. 306. Op. Cit.
  20. CDSI. 19. Op. Cit.
  21. Conceptos Fundamentales de la DSI. T III. P. 306. Op. Cit.
  22. Conceptos Fundamentales DSI. T III. P. 307. Op. Cit.
  23. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. 19. Op. Cit.
  24. Compendio de DSI. 19. Op. Cit.
  25. Negli Ultime. Pío XII.
  26. Nel Alba. Pío XII.
  27. Pío XII.
  28. Grazie. Pío XII.
  29. Con Sempre. Pío XII.
  30. Populorum Progresio 13: AAS 59 (1967) 264.
  31. Gaudium et Spes 55: AAS 58 (1966) 1076.
  32. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIV. P. 290.
  33. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIV. P. 290. Op. Cit.
  34. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIV. P. 291. Op. Cit.
  35. Conceptos Fundamentales de la DSI. T III. P.308. Op. Cit.
  36. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIII. P. 308. Op. Cit.
  37. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIII. P. 308. Op. Cit.
  38. Conceptos Fundamentales de la DSI. TIII. P. 308. Op. Cit.
  39. Posmodernidad y Cristianismo: ¿Una radical mutación antropológica? P. 64. Op. Cit.
  40. Posmodernidad y Cristianismo. P. 72. Op. Cit.
  41. Conceptos Fundamentales DSI. TIII. P. 310. Op. Cit.
  42. Christi Fidelis Laici. Juan Pablo II. Exh. Ap. 42. AAS 81. 1989.
  43. Concilio Vaticano II. Decr. Apostolicam Actuositatem, 7: AAS 58. 1966.
  44. Aparecida.
  45. El Evangelio de los Audaces. Enrique de San Miguel.
  46. El Evangelio de los Audaces. Op. Cit.
  47. Fundación Georgio La Pira. GLP. Página de internet.
  48. Fundación GLP. Op. Cit.
  49. Fundación GLP. Op. Cit.
  50. Fundación GLP. Op. Cit.
  51. Fundación GLP. Op. Cit.
  52. Fundación GLP. Op. Cit. Cit.
  53. Fundación Konrad Adenauer S. Página de internet.
  54. Fundación KAS. Op. Cit.
  55. Fundación KAS. Op. Cit.
  56. Fundación Robert Shuman. Página de internet.
  57. El Evangelio de los Audaces. Op. Cit.
  58. Fundación RS. Op. Cit.
  59. Fundación RS. Op. Cit.
  60. Fundación Alcide de Gásperi.
  61. Fundación ADG. Op. Cit.
  62. Fundación ADG. Op. Cit.
  63. Cuba 88. Luis Calderón Vega. Talleres Linotipográficos La Esfera. México, D.F. 1959. P. 8.
  64. El Pensamiento Social de la Iglesia Católica sobre el Poder Político. Fabián Acosta Rico. Dirección de Publicaciones del Estado de Jalisco. 2,000. P. 148.
  65. El Pensamiento Social de la Iglesia Católica sobre el Poder Político. P. 150. Op. Cit.
  66. El Frente de los Pobres. Joseph Ledit, S.J. Ediciones Spes, México, D.F. P. 173-174.
  67. El Frente de los Pobres. P. 188-189. Op. Cit.
  68. El Frente de los Pobres. P. 190. Op. Cit.
  69. El Frente de los Pobres. P. 39. Op. Cit.
  70. El Frente de los Pobres, P. 88. Op. Cit.
  71. Cuba 88. P. 8. Op. Cit.
  72. El Frente de los Pobres. P. 38. Op. Cit.
  73. El Pensamiento Social de la Iglesia Católica… P.150. Op. Cit.
  74. Obras de Anacleto González Flores. Ayuntamiento de Guadalajara. 2005. P. 201-202.
  75. El Frente de los Pobres. P155. Op. Cit.
  76. El Frente de los Pobres. P. 240. Op. Cit.
  77. Sinarquismo: contrarrevolución, Juan Ignacio Padilla. Frente de los Pobres. P269.
  78. El Frente de los Pobres. P. 327. Op. Cit.
  79. El Pensamiento Social de la Iglesia. P. 177. Op. Cit.
  80. Posmodernismo y Cristianismo. P. 130-131. Op. Cit.

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